Un Revés Inoportuno en la Recta Final
En esta larga travesía que es una temporada, los equipos siempre encuentran baches en el camino. A Cruz Azul se le presentó uno de esos obstáculos inesperados justo antes del partido clave. Rodolfo Rotondi, un jugador que se había convertido en un engranaje fundamental dentro del sistema de juego del profesor Nicolás Larcamón, fue baja de última hora para el compromiso ante Pumas. Una lesión muscular, ese fantasma que siempre ronda los vestuarios, lo dejó fuera de la convocatoria para el duelo en el siempre emblemático Estadio Cuauhtémoc.
Recuerdo, por experiencia, que estas decisiones, aunque frustrantes para la afición, son a menudo un mal necesario. El cuerpo técnico, al detectar las primeras molestias en el futbolista argentino, optó por la prudencia. Es preferible perder un soldado en una batalla que perderlo para toda la guerra de la Liguilla. El descanso preventivo no es una señal de debilidad, sino de una gestión inteligente del plantel.
La Ausencia que Resuena y el Objetivo Inquebrantable
La baja de Rotondi no es menor. Jugadores con su capacidad desequilibrante y su historial de ser protagonista, como cuando anotó un doblete decisivo en Ciudad Universitaria, dejan un vacío táctico. Sin embargo, he aprendido que los equipos con aspiración al título se definen por su profundidad y su mentalidad. En La Noria, el objetivo permanece intacto: vencer a los universitarios para asegurar el codiciado liderato general.
Este primer lugar no es solo un título honorífico; es una ventaja táctica tangible. Significa jugar los partidos de vuelta en la Liguilla como local, con tu gente, en tu fortaleza. Es un activo psicológico y estratégico enorme. Por ello, el conjunto celeste confía en mantener la regularidad que lo ha caracterizado, aun teniendo que reconfigurar su once inicial.
El Arte de la Gestión y el Ajedrez Táctico
Aquí es donde la experiencia del estratega, Larcamón, se pone a prueba. No solo debe encontrar un reemplazo adecuado para Rotondi, sino que también tiene entre manos otro dilema clásico del cierre de temporada: el manejo de las tarjetas. Ignacio Rivero, otro pieza clave, carga con cuatro amonestaciones. Una tarjeta más y se perdería el inicio de la fase decisiva.
He visto a muchos jugadores valiosos perderse partidos cruciales por no gestionar bien esta situación. La labor del director técnico será administrar los minutos de Rivero con una precisión casi quirúrgica, evaluando el riesgo y la recompensa en cada jugada. Con Rotondi en la enfermería y Rivero en la cuerda floja, Cruz Azul se alista para un desafío mayúsculo contra un Pumas que también pelea por su boleto al Play-In. La verdadera prueba de un campeón no es ganar cuando todo está bien, sino encontrar la forma de triunfar cuando las circunstancias son adversas. La Máquina pone a prueba su temple.















