La Máquina ante la prueba de fuego
Puebla no busca un partido amistoso, pretende descarrilar el proyecto de Cruz Azul. El equipo camotero programa una emboscada en su fortín: interrumpir el momentum de La Máquina y secuestrar puntos cruciales.
Este enfrentamiento, que aparenta ser rutinario para los cementeros, contiene un nivel de peligro subestimado. Los azules persiguen el codiciado primer escalón de la clasificación; los franjados libran su batalla por escapar de los puestos bajos.
La visión de Nicolás Larcamón ha sido clara desde su llegada: conquistar la cima del Apertura 2025. El estratega de Cruz Azul exige mantener la intensidad y el rendimiento en la fase decisiva del certamen. Comprende que superar a Puebla y posteriormente a Pumas constituye la única hoja de ruta hacia la cumbre.
La Máquina arriba a esta jornada con 32 puntos, ocupando la tercera posición, a solo una unidad del líder Toluca. Cualquier desliz en el estadio Cuauhtémoc podría comprometer sus aspiraciones de culminar el torneo en la posición de honor.
Tras su victoria ante Monterrey (2-0), Larcamón congregó a su plantilla y transmitió un mensaje contundente: “Vale la pena empujar todos juntos, se aproximan dos compromisos extremadamente complejos contra rivales que tienen como último recurso enfrentarnos, su última oportunidad de salvación es medirse contra un equipo de elite”.
En su análisis, el director técnico alertó sobre la potencial trampa que representan Puebla y Pumas, escuadras lastimadas pero con voracidad suficiente para sabotear las ambiciones de los clubes poderosos.













