Dodgers superan a Cerveceros en un duelo al límite

Los Dodgers inician la Serie de Campeonato de la Liga Nacional con un triunfo crucial.

En mi larga trayectoria siguiendo la postemporada, he aprendido que los partidos que parecen controlados son a menudo los que más te hacen sudar al final. El duelo de anoche entre los Dodgers y los Cerveceros de Milwaukee fue un manual perfecto de eso. Blake Snell ofreció una de esas actuaciones magistrales que se recuerdan, un despliegue de dominio puro durante ocho entradas que te hace creer que todo está bajo control. Pero el béisbol, con su impredecibilidad, siempre tiene una lección de humildad preparada.

Ver a Blake Treinen ponchar a Brice Turang con las bases llenas para sellar el encuentro fue un recordatorio visceral de que en la postemporada, cada out final es una batalla épica. La presión en ese momento es tan palpable que casi se puede tocar. He visto a lanzadores de élite quebrarse en situaciones menos exigentes, pero Treinen mantuvo la compostura con un recta a la altura del cuello que definió la noche.

La transición del montículo es uno de los momentos más críticos, y anoche fue una montaña rusa. Snell, con 103 lanzamientos, dejó la faena casi perfecta. Luego entró Roki Sasaki, quien, a pesar de su talento descomunal, demostró una verdad del oficio: la adaptación al bullpen en la postemporada es un arte distinto. Su actuación irregular en la novena inning, permitiendo que los Cerveceros se acercaran en el marcador, encendió todas las alarmas. Fue una jugada arriesgada del mánager Dave Roberts que casi sale mal, una de esas decisiones que se analizarán sin descanso.

La secuencia con Isaac Collins recibiendo una base por bolas, el doble de Jake Bauers y el elevado de sacrificio de Jackson Chourio fue una demostración de cómo un equipo resiliente, como los Cerveceros, se niega a darse por vencido. Cuando Christian Yelich y William Contreras recibieron bases por bolas consecutivas, la tensión en el estadio era electrizante. En ese instante, todo se reduce a un duelo mental entre el lanzador y el bateador, donde un simple error puede costar la serie.

Este choque entre los Dodgers, con su roster estelar y alto presupuesto, y los Cerveceros, un equipo de mercado menor pero con un espíritu combativo feroz, es la esencia misma de lo que hace grande la postemporada. La broma del mánager Pat Murphy sobre la disparidad de estrellas tenía una capa de verdad, pero también ignoraba la lección más importante que he aprendido: en octubre, la reputación y el salario no ganan partidos. La ejecución en el momento preciso, sí. El hecho de que los Cerveceros hubieran barrido la temporada regular ante los Dodgers solo añade más sabor a esta rivalidad, probando que el pasado importa poco cuando todo está en juego.

Con el segundo partido a la vista, el duelo de lanzadores All-Stars entre Yoshinobu Yamamoto y Freddy Peralta promete otra noche de béisbol de máxima intensidad. La experiencia me dice que una victoria como la de anoche puede forjar la confianza necesaria para una racha ganadora, o puede ser un recordatorio peligroso de que ningún rival se debe subestimar.

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio