La Redención se Juega en Casa
En este oficio, he visto cómo una derrota dolorosa puede convertirse en el combustible para la mayor hazaña de un equipo. Los Marineros de Seattle tienen esa oportunidad de oro este viernes, frente a su gente. Tras dejar escapar una ventaja clave en Detroit, el partido definitivo en su fortaleza es el escenario perfecto para la redención. Pero, como aprendí a lo largo de los años, el béisbol de octubre siempre te presenta un obstáculo monumental. Y esta vez tiene nombre: Tarik Skubal.
El Muro Zurdo de Detroit
Permítanme compartir una lección que solo la experiencia te da: enfrentar a un lanzador de élite en una serie corta es una pesadilla logística. Skubal, el último ganador del Cy Young en la Liga Americana, ya demostró su calidad en el segundo juego. Aunque permitió dos vuelacercas a Jorge Polanco en siete entradas, su actuación fue un recordatorio de su dominio. Sin embargo, hay un dato curioso que da esperanza a Seattle: en las tres ocasiones que Skubal ha abierto contra los Marineros esta temporada, ellos han encontrado la forma de ganar. Su efectividad de 4.58 en esos duelos es un faro de oportunidad en medio de su imponente marca regular de 2.21.
“En la postemporada, los números de la temporada regular a veces se rompen. Lo que importa es el momento, la mentalidad”, es una verdad que he visto confirmarse una y otra vez.
El mánager Dan Wilson lo expresó con la confianza de quien conoce a su equipo: “Creo que hemos podido atacar a Skubal a lo largo de la serie, y tenemos otra oportunidad… ofensivamente, hemos hecho algunas cosas realmente buenas”. Esa fe, basada en logros concretos, es el tipo de convicción que necesitas para derrotar a un titán.
El Resurgir de un Campeón
Mientras tanto, en el clubhouse de Detroit, hay un impulso que recuerdo haber sentido en equipos campeones. Anotar nueve carreras consecutivas para una victoria contundente, como hicieron el miércoles, no es solo una anécdota; es una declaración de intenciones. Esa explosión ofensiva mostró la profundidad de una alineación que, hasta entonces, había tenido sus dificultades en octubre.
Y en el corazón de este resurgir está una historia que me llena de admiración: Javier Báez. He sido testigo de cómo los grandes jugadores encuentran su momento. Báez, el campocorto boricua cuya temporada ha marcado un renacimiento, conectó un jonrón como noveno bate. Lidera a los Tigres en promedio de bateo esta postemporada y es uno de los cinco jugadores del equipo que han bateado cuadrangular en estos playoffs. Su trayectoria, coronada con una Serie Mundial en 2016 con los Cachorros de Chicago, le da una calma bajo presión que es invaluable.
Sus palabras tras el juego resonaron con la sabiduría de un veterano que valora la oportunidad: “Se siente genial… Honestamente, desearía haber sido parte de esto el año pasado… pero había todo un plan y una razón por la que vine aquí”. Esa perspectiva, esa paciencia, es lo que separa a los buenos equipos de los que están destinados a hacer historia.
La Batalla por un Sueño
Al final, este choque se reduce a un pulso entre la fuerza imparable de Skubal y la resiliencia probada de los Marineros. Seattle anhela anclar en su primera Serie de Campeonato de la Liga Americana desde 2001. Wilson confía en el carácter de sus muchachos: “Estos muchachos han hecho esto durante toda la temporada: se meten en situaciones difíciles… y luchan, y se recuperan”.
Desde mi experiencia, puedo decirles que los partidos definitivos no se ganan solo con talento; se ganan con la mente. Si los Marineros quieren extender su temporada, necesitarán más que su historial favorable contra Skubal. Necesitarán la frialdad de un campeón para complicarle la vida al as de Detroit una última vez. El telón está listo para levantarse en un duelo que promete ser épico.
