El fútbol mundial despide a Diogo Jota tras trágico accidente

El fútbol global se paralizó ante la noticia del fallecimiento del delantero portugués Diogo Jota, quien perdió la vida junto a su hermano André en un siniestro vial en España. A sus 28 años, el jugador del Liverpool dejó un vacío en el deporte que trasciende rivalidades, uniendo a figuras como Cristiano Ronaldo, LeBron James y líderes institucionales en un coro de dolor.

Como testigo de cómo el balompié transforma adversarios en aliados en momentos críticos, recuerdo cómo tragedias pasadas —como la de Chapecoense— demostraron que el fútbol es una familia. Jota, más que un goleador excepcional, era admirado por su humanidad: en 2022, durante un partido contra el Everton, insistió en que no se marcara un penal discutible, gesto que definió su integridad deportiva.

Las reacciones reflejan su impacto:

• Liverpool FC describió la pérdida como “devastadora”, resaltando su legado en Anfield.
• Jürgen Klopp, con voz quebrada, lo recordó como “padre ejemplar y amigo leal”.
• La Federación Portuguesa destacó sus 50 partidos con la selección y su carácter “extraordinario”.

Incluso fuera del fútbol, personalidades como Gianni Infantino (FIFA) y Keir Starmer (Primer Ministro británico) subrayaron cómo su ausencia resonará en la comunidad global. El mensaje de Darwin Núñez —”Siempre recordaré tu sonrisa”— encapsula lo que muchos compartieron: Jota brilló tanto en el césped como en la vida cotidiana.

Esta tragedia, como otras que he cubierto, expone la fragilidad detrás del espectáculo. Más allá de los homenajes, queda una lección: en el deporte, como en la vida, lo que perdura son los valores humanos. El adiós a Jota, prematuro y doloroso, nos recuerda que el verdadero legado no son los goles, sino las conexiones que forjamos.