La reciente adquisición de Triple A por parte del gigante de la lucha libre, WWE, ha abierto una puerta sin precedentes para el talento mexicano. Pero, ¿se trata de una auténtica fusión de culturas o simplemente de una estrategia de expansión de mercado? La incursión de estrellas aztecas en las distintas marcas de la empresa estadounidense plantea más preguntas que respuestas.
La última en cruzar ese umbral fue la experimentada gladiadora Faby Apache. Con un legado familiar que la ata a las raíces más profundas de la lucha libre en México, su debut estaba cargado de expectación. ¿Estaría la compañía liderada por Triple H a la altura de su leyenda?
El escenario elegido fue el ring de NXT, en una modalidad de alto voltaje: un combate con límite de tiempo como parte del torneo Speed contra Lainey Reid. Las crónicas oficiales relatan una exhibición de alto nivel por parte de la mexicana. Sin embargo, una investigación más profunda revela un punto de inflexión crítico.
Testigos presenciales y el material de archivo confirman un momento de crucial distracción. La veterana Natalya, observando desde la tribuna, se convirtió en un factor inesperado que desvió la concentración de Apache, costándole la victoria y su avance en el torneo. ¿Fue una simple casualidad o una maniobra calculada por parte de la canadiense?
Al conectar los puntos, el panorama se vuelve más claro. Este debut, aunque con un final amargo, no hace más que engrandecer la ya vasta historia de Apache, quien ha competido en grandes ligas como TNA, AEW y el CMLL en México. Su llegada a la WWE era el último capítulo pendiente.
Pero la verdadera revelación viene ahora. Lejos de ser el final, su estreno fue solo el prólogo. Este viernes, en Worlds Collide, se enfrentará directamente a Natalya. La rivalidad que surgió de una mirada desde las gradas se transforma en un combate que promete descifrar las intenciones reales detrás de aquella distracción y redefinir el lugar de la lucha libre mexicana en el universo WWE.
