Gilberto Orozco expone la traición de Chivas que lo llevó a Cruz Azul

Foto: Agencia Reforma.

¿Qué sucede cuando un club prioriza intereses económicos sobre el crecimiento de sus talentos? Jesús Gilberto Orozco Chiquete vivió en carne propia la cruda realidad del fútbol moderno: promesas incumplidas, decisiones opacas y una directiva que truncó su salto al fútbol europeo. El defensa, considerado una de las joyas de la cantera rojiblanca, decidió abandonar Chivas tras sentirse traicionado por quienes debían apoyarlo.

En una reveladora entrevista con Futbol de Cabeza, el ahora jugador de Cruz Azul expuso cómo la administración anterior del Rebaño Sagrado – liderada por ejecutivos españoles ya destituidos – manipuló su futuro. “Me ilusionaron con una venta en verano, pero cuando llegó el momento, ignoraron ofertas concretas de Anderlecht“, denunció. Las propuestas superaban los 4.5 millones de dólares, incluyendo porcentajes de reventa, pero la dirigencia prefirió bloquear su crecimiento.

Este caso evidencia una fractura sistémica en el manejo de jóvenes talentos: ¿Cómo puede un club formar estrellas si luego les niega oportunidades internacionales? Chiquete no solo perdió su chance en Europa; también vio cómo Fernando Hierro, su principal valedor, abandonaba el proyecto. La ironía: terminó en un rival directo, con Luis Romo como moneda de cambio, demostrando que en el fútbol mexicano las promesas valen menos que las transacciones inmediatas.

Su testimonio plantea preguntas incómodas: ¿Están los clubes mexicanos preparados para gestionar talento de élite? ¿O seguirán repitiendo patrones cortoplacistas? Mientras la afición exige triunfos, casos como este revelan que el verdadero cambio debe empezar en las mesas directivas.