Jenni Hermoso denuncia nuevas amenazas de muerte en redes

La Resiliencia de una Campeona Frente al Odio Digital

Llevo años inmerso en el mundo del deporte, y una de las lecciones más duras que he aprendido es que la victoria en el terreno de juego a menudo atrae la peor faceta de la derrota en las sombras de internet. La situación que vive ahora Jenni Hermoso, la astra de la Tigres Femenil, no es un hecho aislado; es un patrón recurrente de violencia machista que busca silenciar y amedrentar a las mujeres que triunfan.

Recuerdo casos similares a lo largo de mi carrera, donde atletas excepcionales veían su gloria empañada por este tipo de acoso cibernético. Lo que hace a Jenni diferente, y donde reside su verdadera lección de valentía, es en su decisión de no guardar silencio. Al denunciar públicamente al usuario ezack_mexa, identificado como José Isaac García, no solo está exponiendo a su agresor, sino que está dando un masterclass en empoderamiento. Los mensajes de odio que recibió –”Pinche puta. Vas a morir hija de puta”– son la misma retórica cobarde que he visto destruir ánimos, pero nunca doblegar espíritus de campeonas.

Su reflexión al publicar la denuncia fue profundamente estratégica y aguda: “que se le vea bien la cara a esta gente, que con niños en una foto es capaz de hacer estas cosas”. Esta es una verdad que solo la experiencia te enseña: confrontar la hipocresía del agresor es tan crucial como denunciar la agresión. Al señalar la contradicción entre su imagen pública familiar y su comportamiento misógino, Jenni desarma la pretendida normalidad del acosador. Esta no es una jugadora que simplemente publica una captura de pantalla; es una veterana que comprende que la batalla contra el machismo en el deporte se gana con visibilidad y desenmascarando la doble moral.

Como campeona del mundo con España, su lucha trasciende el fútbol. Se ha convertido en un pilar en la lucha contra la violencia de género, demostrando que cada denuncia pública es un golpe contra la impunidad. En la práctica, he comprobado que el silencio es el cómplice del agresor. Lo que funciona, lo que realmente marca la diferencia, es exactamente lo que Jenni está haciendo: alzar la voz, mostrar pruebas y utilizar su plataforma para educar y proteger a otras. Su trayectoria nos enseña que la verdadera fortaleza no solo se demuestra marcando goles, sino enfrentando con dignidad y firmeza el odio que esos goles, a veces, provocan.

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