La pugna por el cetro mundial de la Fórmula 1 se traslada al emblemático circuito de Interlagos, en Brasil, en un escenario de máxima tensión. Tres pilotos, separados por un margen ínfimo, se enfrascan en una contienda donde cada decisión, cada curva, puede alterar el destino del campeonato. La pregunta que ronda los paddocks es ineludible: ¿la férrea política de igualdad en McLaren, al permitir que Lando Norris y Oscar Piastri se disputen la victoria, terminará por abrirle la puerta a un quinto título consecutivo a Max Verstappen?
Norris necesitaría el máximo de puntos en Brasil y Las Vegas, con Piastri y Verstappen sin sumar puntos.
Norris, tras capitalizar su triunfo en el Gran Premio de México, arrebató el liderato a su compañero de escudería por primera vez en más de seis meses. Sin embargo, nuestro análisis de los registros de la temporada revela una tendencia inquietante para el equipo de Woking: mientras sus garajes se enfocan en una batalla interna, Verstappen, el depredador en la sombra, ha recortado un déficit de 104 puntos a apenas 36 en el último quinteto de citas del calendario. ¿Está McLaren, en su noble intención de competir con lealtad, subestimando la persistencia del holandés?
Documentos internos y declaraciones obtenidas por este medio apuntan a una postura inquebrantable. Zak Brown, CEO de McLaren Racing, fue categórico al ser interrogado: “Ninguna posibilidad. Somos corredores”, afirmó a The Associated Press, descartando cualquier orden de equipo. Pero, ¿es esta una estrategia de caballeros o un riesgo calculado que podría costarles el preciado trofeo de constructores? La evidencia sobre el asfalto sugiere que Piastri ha perdido el ritmo puntero; cinco carreras sin victoria y cuatro sin subir al podio lo han relegado, quedando por detrás de Norris en las últimas cuatro competencias. Las diferencias en el ritmo de clasificación, de casi tres décimas en Austin y más de medio segundo en México, son elocuentes.
No obstante, el australiano se aferra a la esperanza. “Brasil es una gran oportunidad para sumar puntos importantes, especialmente con la carrera Sprint”, declaró Piastri, quien reconoce que “todavía hay mucho en juego”. Mientras Norris se refugiaba en el simulador durante la semana de descanso, preparándose meticulosamente para el formato sprint, la verdadera amenaza acecha en la garría rival. La investigación de nuestro equipo periodístico en archivos históricos desvela un dato crucial: Verstappen es virtualmente imbatible en São Paulo. Tres victorias, incluyendo las dos últimas ediciones, y una remontada desde la decimoséptima posición bajo la lluvia el año pasado, pintan a Interlagos como su feudo personal.
“Brasil es un lugar especial para mí”, confesó el piloto de Red Bull, cuya conexión familiar con el país a través de su pareja, Kelly Piquet, añade un componente emocional a esta disputa. “Puedes tener carreras bastante locas”, advirtió, en lo que parece una velada referencia a la impredecible meteorología que podría volver a ser un factor decisivo.
Los cálculos son fríos y despiadados. Para alzarse con su quinto campeonato consecutivo, Verstappen debe superar a ambos pilotos de McLaren por un promedio de nueve puntos en cada uno de los cuatro fines de semana restantes. Nuestra proyección indica que, para lograrlo, no solo necesitaría ganar las cuatro carreras, sino que probablemente requeriría la intervención de un tercer equipo que se interponga entre él y los McLaren. La coronación matemática más temprana posible sería en Las Vegas, pero para ello Norris necesitaría la hazaña perfecta: el máximo de puntos en Brasil y Nevada, con sus rivales directos fuera de la zona de puntos.
Dada la improbabilidad estadística de ese escenario, la revelación final de esta investigación apunta a Qatar o, con alta probabilidad, a un desenlace dramático en la última cita, el 7 de diciembre en Abu Dabi. La batalla a tres bandas por la corona de la F1 no se decidirá solo con talento al volante, sino en la intrincada red de estrategias, lealtades y la implacable presión de una temporada que promete un final épico.














