La batalla épica de Zarazúa en el US Open termina en tie break

La batalla épica de Zarazúa en el US Open termina en tie break

En mi larga trayectoria siguiendo el tenis profesional, he visto cómo los partidos que verdaderamente marcan a un deportista no siempre son las victorias. A veces, una derrota peleada hasta el último aliento, como la que vivió Renata Zarazúa ante Diane Parry en el US Open (6-2, 2-6, 7-6), forja un carácter que perdura más que cualquier trofeo. He aprendido que en estos escenarios, la verdadera medida del éxito no es el resultado final, sino la capacidad de levantarse tras tres cirugías de rodilla y seguir compitiendo al más alto nivel.

La tenista francesa Diane Parry apagó el sueño mexicano en un duelo lleno de intensidad. En más de dos horas y media de juego, y a pesar de enfrentar a una rival respaldada por una multitud ruidosa, la francesa de 1.70 metros demostró una serenidad que solo se adquiere con la experiencia en los circuitos más exigentes. Parry comenzó con una contundencia admirable. Aunque Zarazúa logró quebrarle el servicio al inicio, la europea respondió de inmediato con una versión ultra agresiva de su juego. Encadenó 10 puntos consecutivos, remontó el marcador hasta ponerse 4-2 y se llevó el primer set con un claro 6-2.

Pero aquí es donde se ve la madurez de una tenista: en la capacidad de reaccionar. La cancha 5 del USTA Billie Jean King National Tennis Center, a más de 4 mil 300 kilómetros de la Ciudad de México, se convirtió en un verdadero fortín para la mexicana. Los gritos de “¡Vamos Renata!”, “¡México, México!” y la clásica ola humana envolvieron el ambiente, alimentando la ilusión de una remontada épica. Zarazúa sacó a relucir su temple luchador, el mismo que le permitió volver a competir tras lesiones devastadoras, y con tres quiebres de saque se llevó el segundo parcial 6-2, forzando un tercer set decisivo.

En el capítulo final, Parry, número 107 del ranking mundial, ajustó su estrategia con una precisión táctica encomiable. Apostó por un juego profundo y más paciente ante una Zarazúa que intentaba mantener la presión constante. Bien plantada en la pista, la mexicana movió a su oponente de lado a lado, provocando errores no forzados. He visto muchas veces cómo este punto del partido separa a las buenas tenistas de las grandes competidoras. Finalmente, en una definición agónica por tie break, Parry se impuso y truncó el sueño de Renata de clasificar por primera vez a la tercera ronda de un Grand Slam.

Ahora, Parry enfrentará a la ucraniana Marta Kostyuk, número 28 del mundo, con la confianza renovada y el objetivo claro de seguir haciendo historia en Nueva York. Pero más allá del resultado, este encuentro deja una lección clara: el tenis se juega con raquetas, pero se gana con mentalidad. Y Zarazúa demostró tenerla de sobra.