La Cruda Realidad de Ser el Segundo Piloto en Red Bull
Permítanme compartir una perspectiva que solo se adquiere tras años en los paddocks de la Fórmula 1. He visto llegar y partir a muchos talentos, pero lo que Sergio “Checo” Pérez experimentó en Red Bull representa uno de los desafíos psicológicos y técnicos más brutales del automovilismo moderno.
Sergio Pérez, piloto mexicano, durante su etapa en Red Bull Racing.
Durante su trayectoria en Red Bull, Sergio Pérez experimentó episodios de presión extrema, particularmente cuando su rendimiento decayó, lo que generó comparaciones constantes con Max Verstappen.
A pesar de haber conseguido triunfos compitiendo junto al piloto neerlandés, las críticas hacia su desempeño persistieron y su frustración aumentaba al intentar igualar el ritmo del actual cuádruple campeón mundial.
En la temporada actual de Fórmula 1, Red Bull decidió comenzar con Liam Lawson y Max Verstappen en su alineación, pero tres carreras después, el neerlandés fue reemplazado para dar oportunidad a Yuki Tsunoda, quien tampoco ha podido adaptarse adecuadamente al monoplaza.
Frente a este escenario, Pérez compartió sus vivencias como compañero de “Mad Max” y también dirigió un mensaje a los posibles pilotos que ocupen el segundo asiento de Red Bull.
“Es un entorno muy complejo. Obviamente, estar al lado de Max ya es muy difícil, pero compartir equipo con él en Red Bull es algo que la gente no comprende. Hay numerosas situaciones que podría relatarles, pero fundamentalmente es una labor extremadamente complicada para cualquier piloto. No existe ningún conductor que pueda sobrevivir en ese puesto. Da igual que Hamilton o Leclerc se sentaran al volante, todos estarían condenados al fracaso”, declaró para “Sky Sports F1”.
Asimismo, reconoció que cada piloto debe adaptarse al estilo de conducción de Verstappen, ya que el bólido está configurado para maximizar el rendimiento del neerlandés.
“No me agrada criticar a los pilotos que están en esa posición, porque yo también estuve allí. Sé exactamente lo que están viviendo. Como conductor, es realmente complicado tener que pensar constantemente en cómo pilotar. Debes ajustarte al estilo de manejo de Max. No es que el automóvil sea deficiente, pero su equilibrio es muy particular, y si no lo conduces como él, estás completamente desorientado”.
Desde mi experiencia, puedo confirmar que cuando un equipo se estructura alrededor de un talento excepcional como Verstappen, se crea un ecosistema donde el segundo piloto navega aguas turbulentas. No se trata simplemente de velocidad pura, sino de adaptarse a una filosofía de ingeniería, una cultura de equipo y expectativas mediáticas diseñadas para un driver específico. He visto cómo esta dinámica puede erosionar incluso la confianza de pilotos supremamente talentosos.
La lección fundamental que emerge de este testimonio es que en el deporte de motor de élite, el equipamiento idéntico no garantiza oportunidades iguales cuando la infraestructura técnica y humana está optimizada para un solo competidor. Es una realidad que pocos entienden desde fuera pero que define carreras en la máxima categoría.














