La Liga MX: un sueño cada vez más lejano para los técnicos nacionales
Permítanme compartir una verdad dolorosa que he visto consolidarse a lo largo de los años: la Liga MX se ha convertido en una fortaleza casi inexpugnable para los estrategas mexicanos. No es falta de talento o conocimiento; por el contrario, he trabajado junto a colegas brillantes, llenos de ideas innovadoras y una pasión contagiosa. El problema es sistémico. Existe una preferencia arraigada, a veces inconsciente, por perfiles extranjeros, lo que crea un techo de cristal para los nuestros. Esto no es una teoría, es la realidad que viven cada día decenas de preparadores.
El éxodo como estrategia de supervivencia y crecimiento
La historia se repite. Recuerdo cuando Miguel “Piojo” Herrera tomó esa decisión crucial de probar suerte fuera. Muchos lo vieron como un paso atrás; los que estamos dentro del medio, lo vimos como un movimiento maestro de supervivencia profesional. Lo mismo con Luis Fernando Tena. Ellos abrieron un sendero que hoy es una autopista. Ir al extranjero ya no es un plan B, es una estrategia A para construir un currículum, ganar respaldo y, ojalá, regresar con una credibilidad que, irónicamente, solo te da el haber triunfado lejos de casa.
Adrián Sánchez: el último eslabón de una cadena necesaria
El caso más reciente, el de Adrián Sánchez, me llena de orgullo y confirma esta tendencia. Adrián, un exfutbolista respetado por su entrega en cancha, ahora da el salto a la dirección técnica. Que un gigante de la Concacaf como el FAS de El Salvador lo elija no es casualidad. He visto de primera mano cómo los clubes de Centroamérica y Sudamérica valoran el conocimiento táctico, la disciplina y la garra que caracterizan a los entrenadores mexicanos. La publicación oficial del club no es solo un comunicado; es un reconocimiento a cualidades que nosotros, a veces, subestimamos: “su liderazgo, su lectura del grupo y la continuidad del proyecto”. Eso se gana con sudor y cancha, no solo con un diploma.
La lección: reinventarse o estancarse
La anécdota clave aquí es que Sánchez llega al banquillo principal tras ser auxiliar de Cristian “Pony” Flores. Ahí hay una lección fundamental que repito a los jóvenes técnicos: el camino rara vez es lineal. Aceptar un rol de asistente, aprender, empaparse de un proyecto y estar listo para cuando llegue el momento es parte del oficio. La reacción positiva de la afición salvadoreña no es solo bienvenida; es un termómetro. Los aficionados, en cualquier lugar del mundo, reconocen la seriedad y el trabajo duro. El paso de Adrián por equipos como los extintos Lobos BUAP forja un carácter que es invaluable en la gestión de un vestuario.
Reflexión final desde la experiencia
¿Funciona salir de México? Absolutamente sí. Lo he comprobado. Te obliga a adaptarte, a despojarte de prejuicios y a demostrar tu valía en un entorno nuevo. La teoría del fútbol es universal, pero su aplicación es local. Un técnico mexicano que triunfa en El Salvador, Estados Unidos o cualquier otra liga de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol no solo gana trofeos; gana autoridad. Este éxodo no es un signo de debilidad de nuestro fútbol, sino una demostración de la fortaleza y adaptabilidad de nuestros profesionales. El consejo que doy es claro: no esperen a que la puerta en México se abra. Salgan, construyan su leyenda en otro lado, y esa misma leyenda les abrirá todas las puertas al regresar.









