La Hormiga González merece su oportunidad en la Selección

Foto: El Universal.

En mis años siguiendo la Liga MX, he aprendido a reconocer ese momento mágico en el que un jugador trasciende de ser una promesa a convertirse en una realidad contundente. Eso es precisamente lo que estamos presenciando con Chivas Rayadas de Guadalajara bajo el mando de Gabriel Milito. El equipo no solo juega bien; ha encontrado una identidad y una racha victoriosa que los coloca en la sexta posición de la clasificación general con 23 puntos. Hablando con la experiencia de quien ha visto decenas de torneos, ganar cinco de seis encuentros y acumular 15 de 18 puntos disponibles no es casualidad; es el sello de un conjunto que ha encontrado su ritmo en el momento justo.

Un Clásico que define el momento

Su última exhibición, un contundente 4-1 sobre el Atlas en el siempre ardiente Clásico Tapatío, fue más que un simple triunfo. Fue una declaración de intenciones. Anímicamente, están en un pico de forma, justo cuando se acerca la Liguilla. Ya tienen el boleto asegurado a la siguiente fase, pero en este oficio, la diferencia entre entrar directamente o pasar por el Play-In puede ser abismal en el desgaste físico y mental.

El factor Armando González: Lecciones de perseverancia

He visto surgir muchos delanteros, y la historia de Armando González, “La Hormiga”, es un manual de perseverancia. No es el delantero más publicitado, pero su efectividad es innegable. Cuando un jugador responde con hechos a la confianza de su técnico, se gana algo más que un puesto titular: se gana el respeto de la afición. Lleva 10 anotaciones y está a un solo gol de igualar al líder, Paulinho del Toluca. En la recta final del campeonato, ese instinto goleador es un activo invaluable, un lujo que pocos equipos tienen.

Martinoli y el llamado de la razón

La opinión de Christian Martinoli siempre ha sido un termómetro interesante del sentir aficionado. Su llamado público a Javier Aguirre para que considere a “La Hormiga” para la Selección Mexicana no es un simple capricho. Lo he comentado con colegas: en la vorágine de los grandes nombres como Raúl Jiménez o Santiago Giménez, a veces se nos pasan los jugadores en estado de gracia, aquellos que, con humildad y trabajo, demuestran estar listos para el siguiente nivel. Con la Copa del Mundo 2026 en el horizonte, la selección necesita encontrar joyas con hambre, y González está mostrando que tiene el temple y la calidad. Martinoli no solo presiona; pone sobre la mesa un argumento futbolístico sólido que merece ser escuchado.

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