Tras una exhibición digna de un reality show patrocinado por el orgullo nacional, las gemelas Cueva regresaron a México cargando no solo una medalla de bronce, sino también el peso de las expectativas de un país que, entre crisis y alegrías efímeras, sigue buscando héroes en lugares húmedos y resbaladizos.
En el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos de Singapur 2025, Mía y Lía demostraron que, a sus 14 años, ya dominan el arte de sumergirse en el agua con gracia mientras el resto del país se hunde en problemas más profundos. Su medalla de bronce en clavados sincronizados desde trampolín de tres metros fue celebrada como si fuera oro olímpico, porque en tiempos de sequía deportiva, hasta el más mínimo destello brilla como un faro.
Con sonrisas fotogénicas y medallas colgadas al cuello como si fueran trofeos de supervivencia en un mundo adulto que las aplaude hoy y las olvidará mañana, las gemelas agradecieron el apoyo de una afición que, entre partidos de fútbol y escándalos políticos, encontró cinco minutos para emocionarse con sus piruetas acuáticas.
“Ha sido un momento inolvidable. Al subir al podio sentimos orgullo por formar parte de una delegación que sumó muchas medallas. Les agradecemos a todos el apoyo y por ver nuestras competencias”. LÍA CUEVA / ATLETA MEXICANA
Las jóvenes promesas, que ya sueñan con los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, mencionaron a Paola Espinosa como su inspiración, porque en México los ídolos deportivos son como especies en peligro de extinción: se mencionan con nostalgia y se espera que alguien los reemplace antes de que desaparezcan por completo.
Mientras tanto, su próximo destino es Asunción 2025, donde intentarán sumar más preseas a su colección, porque en este país, a falta de soluciones reales, siempre nos quedan los triunfos deportivos para distraernos de la realidad. ¡Qué mejor que dos adolescentes sincronizadas para recordarnos que, a veces, la unidad sí da resultados… al menos en la alberca!