Leones Negros y otros clubes rechazan certificación opaca para ascender a Liga MX

Los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara (UdeG), emblemático equipo del fútbol mexicano, han decidido no continuar en el polémico proceso de certificación para el ascenso a la Liga MX. Esta decisión no se tomó a la ligera; tras años de intentos fallidos y requisitos cambiantes, el club universitario —junto a otros históricos como Tlaxcala, Irapuato y Tampico Madero (estos últimos como invitados)— ha alzado la voz contra lo que consideran un sistema viciado.

En mi experiencia siguiendo el ascenso en México, pocas veces se había visto una unión tan clara entre clubes de distintas categorías. Dorados, Tapatío (afectados por la multipropiedad), Cimarrones y Celaya (de la Liga de Expansión) coinciden en que el proceso actual carece de sustento técnico, legal y, sobre todo, de equidad. Recuerdo cómo en 2018, bajo otro formato, equipos como Cafetaleros o Alebrijes cumplieron con exigencias similares, solo para ver cómo las reglas cambiaban caprichosamente. Hoy, el patrón se repite: documentos entregados que nunca son evaluados con claridad, costos administrativos desproporcionados y criterios que parecen diseñados para beneficiar a unos cuantos.

Lo que más preocupa, y esto lo he visto en primera fila, es cómo estas barreras afectan a las bases del fútbol. Sin un camino claro hacia la élite, los proyectos deportivos pierden inversión y talento. La UdeG, con su tradición de formar jugadores como Chicharito o “Chapo” Sánchez, es un ejemplo de lo que el sistema debería promover: desarrollo sostenible, no obstáculos movedizos.