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Los Medias Rojas evitan la barrida ante Yankees con poder ofensivo

En mi larga trayectoria siguiendo la Liga Americana, he aprendido que un partido en el Yankee Stadium nunca es solo un partido más; es una declaración de intenciones. Este encuentro de domingo por la noche fue un claro ejemplo de eso. Los Medias Rojas de Boston, acorralados y al borde de una barrida humillante, respondieron con el carácter que define a los equipos con aspiración a comodín.

Medias Rojas de Boston ganan y evitan la barrida de tres juegos.

La primera entrada fue un torrente ofensivo que recordó a las mejores épocas de la rivalidad. Carlos Narváez, con un cuadrangular en solitario, coronó una primera entrada de seis carreras contra Will Warren, una embestida de la que es muy difícil recuperarse emocionalmente. He visto cómo un comienzo así puede quebrar la confianza de un equipo durante toda una serie.

Pero lo que realmente marca la diferencia entre un buen equipo y uno grande es el cierre. Garrett Crochet igualó su récord de la temporada con doce ponches, una exhibición de poder y control que sofocó la potente línea de los Yankees una y otra vez. En este juego, un lanzador abridor que domina de esa manera es simplemente invaluable. Aroldis Chapman, con su experiencia inigualable, selló la novena entrada consiguiendo su trigésimo salvamento de la campaña, demostrando una vez más por qué la veteranía es un activo irremplazible en los momentos de alta presión.

A pesar de la resistencia neoyorquina, con un jonrón de Aaron Judge (su cuadragésimo octavo de la temporada) y otros cuadrangulares de Amed Rosario y José Caballero, los Medias Rojas supieron aguantar el tipo. Esta victoria no solo detuvo una racha de tres derrotas consecutivas, sino que colocó al equipo a solo juego y medio detrás de los Yankees por el primer comodín de la Liga Americana, un recordatorio de que en esta división, cada victoria cuenta el doble.

Contribuciones clave llegaron de todas partes, incluyendo un notable desempeño del mexicoamericano Jarren Duran y el ya mencionado venezolano Carlos Narváez. Al final del día, estos triunfos en terreno rival son los que forjan la identidad de un club y envían un mensaje contundente al resto de la competencia.

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