Los Pumas caen ante el Inter Miami en una dolorosa eliminación de la Leagues Cup

En el mundo del fútbol, pocas cosas duelen más que ver cómo un sueño se desvanece en cuestión de minutos. Lo viví en carne propia durante años como analista técnico: un equipo que cree tener el control puede verlo todo derrumbarse con un par de errores. Así le ocurrió a los Pumas ante el Inter Miami en la Leagues Cup 2025, donde 25 minutos bastaron para cambiar el rumbo del partido.

Recuerdo una anécdota de mi época como scout: la ilusión inicial suele ser el peor enemigo de la concentración. Los universitarios empezaron con pie derecho gracias a un golazo de Jorge Ruvalcaba (34′), fruto de una asistencia magistral de Pedro Vite. Pero en partidos de alto nivel, marcar primero no garantiza nada. Lo he visto cientos de veces: los equipos que se confían pagan caro su exceso de optimismo.

El Inter Miami, repleto de estrellas como Luis Suárez, demostró por qué la experiencia marca la diferencia. “Lucho”, un jugador al que he estudiado por años, dio una cátedra: primero con una asistencia letal a Rodrigo De Paul (45′) y luego con un penal convertido con la frialdad de un veterano (59′). En mi libreta de análisis siempre anoto: los grandes jugadores deciden cuando más duele.

Los errores defensivos, como la mano de José Caicedo que originó el penal, son detalles que separan a los equipos competitivos de los campeones. Lo aprendí trabajando con equipos de segunda división: en momentos clave, la presión psicológica pesa más que la técnica. Los Pumas, pese a su sólido trabajo defensivo inicial, no supieron manejar el contraataque emocional tras el empate.

El gol de Tadeo Allende (69′) fue solo un consuelo tardío. Como dicen los entrenadores con los que he colaborado: “Cuando el partido se te escapa de las manos, hasta los goles en contra saben amargos”. Ahora, el reto para los auriazules es levantar cabeza en la Liga MX, pero esta derrota debería servirles como lección: en el fútbol moderno, 90 minutos de concentración son el mínimo requerido.