México pierde el bicampeonato femenino sub-20 en un duelo épico ante Canadá

En el fútbol, como en la vida, los finales dramáticos enseñan más que las victorias fáciles. La Selección Mexicana Femenina Sub-20 aprendió esta lección en carne propia durante el Campeonato de la Concacaf, donde cedió el bicampeonato ante Canadá en un encuentro que dejó al descubierto tanto fragilidades como grandeza.

Recuerdo partidos donde un solo error define todo, y el de Sienna Gibson a los 50′ fue uno de esos momentos. Su gol parecía el preludio de una derrota mexicana, pero las dirigidas por Doriva Bueno demostraron algo que he visto en equipos con carácter: la resiliencia. Montserrat Saldívar, con la frialdad de una veterana, convirtió un penal en el 61′ y luego anotó su octavo gol del torneo, escribiendo su nombre en la historia.

Sin embargo, en mis años cubriendo deportes, he aprendido que el fútbol es un juego de detalles. El agotamiento físico en la prórroga fue decisivo. Adriana Bianchin (91′) y el definitivo tercer gol canadiense confirmaron una verdad incómoda: en alta competencia, los segundos oportunidades son raras. Saldívar, con su doblete (98′), dio una lección de garra, pero el marcador final de 2-3 dejó claro que a veces el esfuerzo no basta.

Este partido, más que un resultado, es un espejo para el fútbol femenino mexicano: brillante en individualidades, pero con trabajo pendiente en consistencia colectiva. Como diría un viejo entrenador que conocí: “Los títulos se pierden en los minutos que crees que ya ganaste”.