Nick Taylor y Ben Griffin lideran el Memorial bajo lluvia implacable

Dublin, Ohio — Bajo un diluvio que desafió incluso a los más experimentados, Nick Taylor desplegó una maestría que pocos anticiparon en el Memorial Tournament. ¿Cómo logró el canadiense, conocido por su aversión a las condiciones húmedas, mantener una tarjeta casi perfecta? La respuesta yace en una combinación de memoria muscular y frialdad mental: “Fue agradable mantenerlo simple”, admitió tras su ronda de 68 golpes (-4), pero detrás de esa modestia se esconde una precisión quirúrgica con el putter —convirtió birdies en 17 de 18 hoyos— y una gestión del riesgo que dejó sin bogeys su scorecard.

Mientras tanto, Ben Griffin, su co-líder (-7 acumulado), aprovechó una tregua meteorológica vespertina en Muirfield Village, aunque su ronda de 72 golpes reveló grietas: ¿Fue la suavidad del campo tras la lluvia un arma de doble filo? “El rough aquí es una bestia distinta”, confesó Taylor, comparándolo con los desafíos de Torrey Pines y Bay Hill. ¿Podrá este dúo mantener la ventaja cuando el césped largo y empapado se convierta en la gran prueba del fin de semana?

Entre los perseguidores, el vigente campeón Scottie Scheffler (70 golpes) demostró por qué sigue siendo el número uno mundial: a pesar de errores inusuales —como un wedge al agua en el hoyo 14—, su juego de hierros bajo la lluvia dejó claro que está a solo unos putts de reclaimar la cima. ¿Están los líderes subestimando la amenaza silenciosa de Scheffler, o el campo mismo se encargará de filtrar a los contendientes?

Con el rough descrito como “preparación para Oakmont” por los jugadores, el Memorial ha superado su reputación como mero evento regular del PGA Tour. Las tarjetas limpias como la de Taylor podrían volverse una rareza cuando el sol seca el césped y revela las verdaderas intenciones del diseño de Jack Nicklaus: ¿Será este el torneo que defina quién está listo para el US Open?

Una última incógnita persiste: en 2012, un marcador de -7 después de 36 hoyos fue suficiente para ganar. Pero con condiciones que empeoran y rivales como Scheffler acechando, ¿bastará esta vez?