La trayectoria del Pachuca bajo el mando de Jaime Lozano se fractura de manera alarmante. Una investigación más profunda revela un equipo que no solo perdió 2-0 ante Gallos Blancos, el colista de la competencia, sino que exhibe una profunda crisis de identidad y juego.
¿Qué sucede realmente en los vestuarios de los Tuzos? Las evidencias en el terreno de juego pintan un panorama desolador: una delantera con la pólvora mojada, una estrategia predecible y una moral que parece desmoronarse con cada minuto de juego. En el duelo táctico, Benjamín Mora, estratega de Querétaro, le ganó la partida de manera contundente a un Jimmy Lozano que se mostró incapaz de reaccionar incluso después de un gol tempranero en su contra.
Al escudriñar las estadísticas, la magnitud del problema se vuelve innegable. El club acumula seis partidos consecutivos sin conocer la victoria, una sequía que incluye compromisos de la Liga MX y la Leagues Cup. Pero lo más preocupante para los aficionados es la tendencia ofensiva: los últimos tres encuentros han terminado en derrota con la portería intacta: 2-0 ante América, 1-0 con Cruz Azul y ahora esta nueva caída.
Con apenas 13 puntos en el bolsillo, la ruta hacia la fase de clasificación se vuelve una pendiente cada vez más empinada. La pregunta que ronda los pasillos del estadio Hidalgo es inevitable: ¿Tiene Lozano las herramientas y el tiempo necesario para revertir esta situación crítica, o la directiva se verá forzada a buscar un cambio radical antes de que la temporada se les escape por completo?
