La visión desde dentro: cómo se construye un plantel competitivo
En este oficio, tras años viendo mercados de pases y ventanas de fichajes, aprendes que los refuerzos no se miden solo por su nombre, sino por cómo encajan en el rompecabezas del entrenador. Los Pumas, conscientes de la exigencia del Clausura 2026, están moviendo piezas con una lógica que recuerdo de proyectos exitosos del pasado: combinar juventud con experiencia y, sobre todo, inteligencia administrativa.
Una estrategia de fichajes con propósito
La directiva auriazul no está firmando por firmar. En mi experiencia, los equipos que trabajan “a marchas forzadas” pero con un plan claro suelen ser los que trascienden. El Club Universidad Nacional ha sumado su tercera incorporación oficial, y el patrón es revelador: apuestan por jugadores con hambre y proyección, como el caso de Antonio “Tony” Leone. Este tipo de fichajes, a préstamo con opción de compra, son una lección de gestión que he visto salir muy bien: minimizan el riesgo y permiten evaluar al futbolista en el día a día del vestuario y la cancha.
El perfil ideal: más allá de lo técnico
Anunciar a Leone como defensa central procedente del Monterrey es solo la superficie. Lo que verdaderamente importa, y que solo se valora con los años, son los detalles. “Tony” tiene 21 años, es decir, llega en un momento clave de desarrollo. Su doble nacionalidad (estadounidense y mexicana) no es un simple dato curioso; es una ventaja estratégica enorme. No ocupa plaza de extranjero, un lujo en el fútbol mexicano que libera un cupo vital para otro refuerzo. Esto demuestra que la dirigencia está pensando en el plantel completo, no solo en el jugador individual.
Lecciones aprendidas sobre adaptación y proyección
He visto llegar a muchos jóvenes con pedigrí de academias como la del Los Angeles FC. Lo que define su éxito es la adaptación. Leone llega con experiencia en Liga MX, Concacaf y Leagues Cup, lo que no es poca cosa. Su desafío, y aquí va un consejo práctico, será ganarse un lugar en una zona defensiva que ya tiene referentes como Rubén Duarte y Nathan Silva. La competencia interna es sana y necesaria; es la que eleva el nivel colectivo. Su pasado en selecciones juveniles mexicanas sugiere un vínculo emocional con el país que puede acelerar su integración.
Al final, el papel lo aguanta todo. La verdadera prueba para Leone y para el proyecto de Efraín Juárez comenzará en los entrenamientos y en la presión del Estadio Olímpico. Pero, por lo visto, los Pumas están construyendo con cabeza, aprendiendo de errores pasados y apostando por un perfil de jugador que puede dar dividendos a corto y largo plazo. Solo el tiempo y los partidos dirán si esta apuesta fue tan acertada como parece en el papel.











