Tras un año de sequía para el Club América, que rompió una racha histórica de conquistas, una pregunta ronda con insistencia los pasillos de Coapa y las conversaciones de la afición: ¿qué movimiento clave puede devolver la hegemonía a las Águilas? La presión sobre la directiva es palpable, exigiendo no solo refuerzos, sino nombres con peso y legado. En medio de este clamor, una voz familiar, desde la distancia, ha encendido un haz de esperanza.
En una conversación exclusiva con TUDN, Raúl Jiménez, el delantero surgido de las fuerzas básicas del equipo azulcrema, no solo habló de su presente en el Fulham inglés. Plantó, con cautela calculada, una semilla de revelación. “Está dentro de los planes”, admitió sobre un posible retorno al coloso de Ciudad de México. Pero, ¿es solo una cortesía diplomática o existe una hoja de ruta concreta detrás de esa frase? Jiménez esbozó las condiciones: “Se tienen que dar varias cosas”. Este periodista se pregunta: ¿qué “cosas” exactamente? ¿Negociaciones económicas, un proyecto deportivo específico, o el momento exacto de su carrera?
La declaración más contundente, sin embargo, vino después. El atacante, vinculado a otros clubes de la Liga MX, fue categórico al priorizar su corazón sobre cualquier oferta: “Cien por ciento (elegiría al América). Han llegado ofertas de otros equipos, pero primero lo primero”. Esta afirmación no es un simple guiño; es un testimonio que delimita su futuro y descarta, al menos en su discurso, cualquier otro destino en el fútbol nacional. ¿Qué equipos han llamado a su puerta? ¿Qué cifras han sido rechazadas en nombre de este anhelo?
La conexión de Jiménez con el América parece ir más allá de lo nostálgico. A pesar de la diferencia horaria, confesó seguir de cerca el rendimiento del equipo, especialmente los partidos definitivos bajo el mando de André Jardine. “Las finales, normalmente me las echo”, afirmó. Esta no es la actitud de un espectador casual, sino la de alguien que analiza y evalúa, quizás preguntándose cómo encajaría en ese esquema. Su deseo de “terminar donde empecé” trasciende lo romántico para convertirse en una variable estratégica real para el club.
Concluimos entonces que las declaraciones de Raúl Jiménez no son un mero rumor de temporada. Constituyen un posicionamiento público deliberado, un mensaje cifrado tanto para la directiva americanista como para su propia afición. Revelan un plan de carrera donde el cierre del círculo en el Estadio Azteca no es una fantasía, sino un objetivo prioritario. La pelota, ahora, parece estar en la cancha de las Águilas. La interrogante que queda flotando es si el club está dispuesto a alinear sus planes con los de su ex canterano para tejer, juntos, el final de esta historia.


















