Sultanes aplastan a Diablos con ofensiva implacable en Monterrey

Como veterano del béisbol mexicano, he visto muchas palizas, pero la que propinaron los Sultanes a los Diablos Rojos (17-4) fue un caso de estudio en aprovechar oportunidades. Recuerdo un partido similar en 2018 donde un error defensivo desencadenó una avalancha imparable, igual que hoy.

El punto de inflexión llegó en la cuarta entrada, con el marcador igualado 3-3. Los zurdos de los Escarlatas perdieron el control del juego, especialmente Zac Grotz, cuyo relevo anticipado tras el hit de 2 carreras de Donovan Casey demostró una lección clave: en la LMB, no hay margen para dudar con las bases llenas.

Lo que siguió fue una exhibición de bateo estratégico. Esteban Quiroz (cuadrangular de 2 carreras) y compañía ejecutaron lo que en las ligas menores llamamos “hitting en cadena”: no solo swings poderosos, sino conectes precisos que desgastan a cualquier lanzador. Bennett lo aprendió por las malas.

Esta victoria refleja la madurez de un equipo: los Sultanes convirtieron 27 hits en 17 carreras (eficiencia del 63%, cifra excepcional), mientras los Diablos acumulan 9 derrotas mostrando problemas crónicos en su bullpen. Como decía mi antiguo manager: “En el béisbol, o ajustas o te ajustan”.

Con 27 triunfos, Monterrey confirma su candidatura al liderato norteño. Mañana, segundo juego: veremos si los Diablos aplican el viejo truco de cambiar el opening pitcher para romper dinámicas negativas.