La décima jornada del torneo Apertura 2025 dejó al descubierto las profundas grietas en dos instituciones emblemáticas. Bajo la noche del estadio Cuauhtémoc, Puebla y Pachuca libraron un duelo que fue más que un simple partido; fue un espejo de sus respectivas crisis. ¿Qué hay detrás de la incapacidad de estos equipos para cerrar los encuentros a su favor?
La primera incógnita se presentó desde los 11 pasos. Julio González, el guardameta de Puebla, parecía haber descifrado el código al detener el penal ejecutado por Oussama Idrissi. Sin embargo, la pregunta persistió: ¿por qué la defensa franja permitió que el mismo Idrissi capitalizara el rebote con tanta facilidad? Este primer gol de los Tuzos no fue solo un tanto, sino un síntoma de la fragilidad defensiva que ha perseguido al cuadro local.
La respuesta de La Franja al inicio del segundo tiempo fue contundente, pero también reveladora. Emiliano Gómez, con un disparo magistral, no solo empató el marcador, sino que encendió una luz de esperanza. Nuestra investigación en la tribuna captó un cambio palpable en el ambiente. ¿Estaba presenciando el estadio el punto de inflexión tan anhelado por el Puebla?
La narrativa de la remontada parecía escribirse con letras de oro cuando el uruguayo Gómez completó su doblete. Una jugada individual de Carlos Baltazar, cuyo rendimiento ha sido irregular esta temporada, culminó con un cabezazo preciso. Sin embargo, los testimonios de aficionados veteranos consultados por este medio expresaban escepticismo. “Sabíamos que no podíamos confiar”, comentó uno de ellos. La alegría era cautelosa, teñida por el recuerdo de resultados recientes.
Ese escepticismo resultó profético. A ocho minutos del final, la interrogante más dolorosa surgió: ¿cómo es posible que un equipo se desmorone de manera tan abrupta? Alán Bautista, con una asistencia de Jhonder Cádiz, desnudó una vez más las carencias estructurales del Puebla. El gol no fue un accidente; fue la consecuencia lógica de una zaga que se repliega y pierde concentración en los momentos decisivos.
Al concluir el encuentro, el resultado de 2-2 dejó un regusto amargo para ambos conjuntos. Pero las cifras en la tabla de posiciones cuentan una historia más cruda. Pachuca extiende su letargo a siete compromisos sin triunfo, una sequía que inevitablemente pone la lupa sobre el futuro de Jaime Lozano. Por su parte, Puebla, sin una victoria desde la tercera jornada, se consolida en el furgón de cola. La revelación final de esta investigación es que este empate no fue un punto ganado, sino la confirmación de dos proyectos que navegan sin rumbo claro, atrapados en una realidad que este partido no hizo más que confirmar.