Will Smith define con jonrón en la novena para los Dodgers

La magia del béisbol se escribe en la novena entrada

En todos mis años siguiendo la liga, he aprendido que ningún partido está decidido hasta el último out. El duelo de este domingo entre Dodgers y Diamondbacks fue la prueba perfecta. Justo cuando parecía que Arizona lograría una barrida impecable, Will Smith, emergiendo desde la banca, escribió con un solo swing el guion final. Ese sonido inconfundible del madero conectando con la pelota es algo que, como veterano, nunca deja de emocionarme.

El lanzador abridor, Yoshinobu Yamamoto, dio una verdadera cátedra desde el montículo. Verlo retirar a sus primeros diez bateadores fue un espectáculo de dominio y control, una lección de cómo se silencia un bate contrario. Su labor, permitiendo una sola carrera en siete entradas y logrando diez ponches, es el tipo de actuación que sienta las bases para una remontada épica, aunque el mérito de la victoria se lo lleve otro.

El bullpen de los Dodgers, a menudo un punto de debate, se mantuvo firme. Blake Treinen, con una entrada perfecta, demostró la sangre fría que se requiere en la alta competencia para llevarse la victoria. En estos momentos, la experiencia es un valor intangible que marca la diferencia.

Por el lado de los Diamondbacks, la ofensiva se mantuvo activa con aportes clave de Ketel Marte y Adrian Del Castillo, cada uno con dos hits. Sin embargo, en el béisbol de élite, los detalles definen. Un lanzamiento, una conexión, y todo el trabajo de ocho entradas y media puede venirse abajo. Esta es una lección dura que Arizona tuvo que aprender hoy.

Con este triunfo, los Dodgers no solo evitan una barrida humillante, sino que amplían su ventaja en la División Oeste de la Liga Nacional. En una larga temporada, cada victoria cuenta doble, especialmente cuando llegan con el dramatismo y la emoción de un walk-off home run.