Una Lección de Resiliencia en la Cancha
Permítanme compartir una perspectiva que solo los años viajando en el circuito te dan. Lo que Alexander Zverev logró ante Daniil Medvedev no fue solo una victoria; fue un masterclass de fortaleza mental. He visto innumerables partidos, pero las remontadas como esta, donde un jugador salva dos puntos de partido contra un rival que lo ha doblegado en sus últimos cinco enfrentamientos, son las que forjan leyendas. Te cuento que, en mis tiempos, a eso le llamábamos “sacar carácter de donde no queda”.
El partido comenzó con un marcador adverso de 2-6, una situación que hubiera quebrado a muchos. La teoría dice que contra un jugador de la tenacidad de Medvedev, el camino está cuesta arriba. Pero la práctica, la experiencia vivida en los vestuarios y las pistas, te enseña que el partido no se gana en el primer set. Zverev reaccionó con una calma que denota madurez, ajustando su estrategia para ganar el segundo set 6-3 y forzar un desenlace en el tie-break del tercero.
La lección más valiosa aquí, que he aplicado y visto aplicar, es que en el alto rendimiento la psicología pesa tanto como la técnica. Romper una racha negativa de dos años requiere más que golpes; exige una convicción inquebrantable. Ahora, Zverev tiene por delante un duelo de alto voltaje contra el joven talento Jannik Sinner en semifinales. Les digo por experiencia: un triunfo como este no solo mantiene viva su defensa del título del Masters de París, sino que inyecta una confianza que es el activo más preciado para un campeón.















