Ángela Aguilar responde a sus críticos con una frase de Elizalde

En esta era digital donde un meme vale más que un discurso político y un story de Instagram puede desatar una guerra de comentarios, Ángela Aguilar decidió recurrir a la sabiduría ancestral de Valentín Elizalde para responder a sus detractores. Porque, ¿qué mejor manera de callar a los haters que con una letra de narcocorrido reinterpretada como mantra de empoderamiento?

La joven cantante, cuya vida amorosa parece más escrutada que el presupuesto federal, compartió una tierna imagen de sus perros pug posando sobre su camioneta. Pero el verdadero protagonista fue el soundtrack elegido: “A mis enemigos”, himno no oficial de quienes creen que los chismes de Twitter son equivalentes a una conspiración internacional. La frase clave: “Siguen ladrando los perros, señal de que voy avanzando”, fue recibida por sus seguidores como un mensaje cifrado, una declaración de guerra en código emoji.

Y es que, en el circo mediático donde cada mirada, cada pellizco (real o imaginario) entre Ángela y Christian Nodal se analiza con la misma seriedad que un tratado de paz, hasta la elección de una canción se convierte en un acto subversivo. ¿Fue casualidad que eligiera justo ese tema, lanzado por Elizalde antes de su trágico final? ¿O acaso la Aguilar está perfeccionando el arte del shade musical, donde las baladas sustituyen a los comunicados de prensa?

La polémica reciente, digna de un culebrón de tarde, surgió cuando Nodal modificó ligeramente la letra de “Dime cómo quieres” durante un concierto. Cambió “Ay, Angelita, ¿por qué eres tan coqueta?” por un genérico “¿Por qué son tan coquetas, Jalisco?”, lo cual, según los expertos en relaciones públicas de Facebook, equivale a una infidelidad en directo. El supuesto pellizco que le propinó Ángela fue interpretado como: “Esto lo hablamos en privado, cariño, delante de las cámaras somos felices”.

Las redes sociales, ese tribunal popular donde todos tienen pruebas irrefutables basadas en un vídeo de 240p, no tardaron en emitir sus veredictos: desde teorías sobre crisis matrimoniales hasta análisis profundos sobre el lenguaje corporal de Nodal. Porque nada une más a la sociedad que el schadenfreude colectivo hacia las celebridades.

Así, entre canciones que son declaraciones y pellizcos que podrían ser mitológicos, Ángela Aguilar demuestra que en el siglo XXI, hasta los refranes de Elizalde pueden convertirse en armas de comunicación masiva. ¿Moraleja? Si los perros ladran, es porque alguien está subiendo el volumen de su éxito.