El peso del miedo y la memoria
En esta profesión, uno aprende a interpretar emociones complejas, pero nada en ningún guion te prepara para nombrar el sentimiento que te paraliza al pensar en volver a tu propio hogar. Ángeles Cruz lo define con una palabra cruda y exacta: miedo. Tras años en sets de filmación, comprendo que las historias más duras no se escriben en papel, sino en la vida real, como la suya al tener que enfrentar el regreso a Villa de Guadalupe Victoria, Oaxaca, después de que la justicia soltara al único imputado por la muerte de su hermano.
Lecciones de una justicia esquiva
He visto cómo el sistema puede fallar, pero la experiencia de Ángeles es un manual doloroso sobre los traspiés judiciales. “Acaba de salir libre sin nada encima”, relata. Esa frase, “sin nada encima”, resuena con una amarga familiaridad para quienes han seguido casos similares. No es solo un fallo procesal; es la confirmación de una impunidad estructural que muchos denunciamos pero que pocos logran cambiar. Su reflexión va al centro del problema: “Alcanzar la justicia es una cuestión de privilegios”. En mi trayectoria, he aprendido que cuando la ley no llega, solo queda, como ella bien dice, la memoria. Es un recurso frágil, pero a veces es el único que no te pueden arrebatar.
Un duelo enmarcado en un conflicto ancestral
La tragedia familiar de Cruz se enreda en una realidad que va más allá de un crimen aislado. Su hermano, colaborador en sus películas “Nudo mixteco” y “Valentina y la serenidad”, fue víctima de una emboscada en 2023, un daño colateral de un conflicto territorial de cinco décadas entre comunidades. Esto te enseña que en muchos rincones del país, la violencia es un tejido complejo donde los inocentes suelen quedar atrapados. Su pueblo, de poco más de 400 habitantes, es un microcosmos de un México donde las disputas históricas siguen marcando el destino de las familias.
Avanzar entre el dolor y la creación
La vida, incluso en los momentos más oscuros, insiste en continuar. Y en el oficio del cine y la actuación, encontramos un refugio y una trinchera. Mientras navega este duelo cargado de impotencia, Ángeles Cruz también estrena la cinta “Las locuras” en Netflix, donde da vida a una psicóloga. Hay una ironía profunda y un valor inmenso en sumergirse en un personaje que analiza la mente humana mientras se lidia con un dolor tan personal. Es un recordatorio poderoso, que he visto en colegas valientes, de que el arte puede ser tanto un espejo del dolor como un acto de resistencia y supervivencia.



















