Britney Spears y la farsa del regreso que nunca fue

En un giro que nadie vio venir (o quizá todos), la maquinaria del espectáculo volvió a tropezar con la misma piedra: Britney Spears, la eterna marioneta descartable de la industria, no iluminará los MTV VMAs 2025. ¿Sorprendidos? Solo quienes aún creen que los premios musicales son algo más que un circo romano moderno.

Según fuentes tan confiables como el horóscopo de un periódico gratuito, TMZ reveló que la cantante nunca fue contactada para el evento. ¡Vaya primicia! Como si no supiéramos que los ejecutivos prefieren vender nostalgia en lugar de arriesgarse con artistas que, ¡oh, escándalo!, tienen opiniones propias. Mientras, en las redes, los devotos del caos digital se dividen entre lágrimas de cocodrilo y críticas dignas de un tribunal medieval: “¿Acaso no ven que bailar en bikini es su nueva forma de arte conceptual?”.

Recordemos que su última aparición en los VMAs fue en 2016, bajo la tutela de su padre, ese sistema legal tan progresista que permitía a una mujer vender millones de discos pero no firmar un cheque. ¡Qué eficiente es el capitalismo cuando necesita explotar hasta el último suspiro de sus estrellas! Por supuesto, todo quedó en el pasado… hasta que Britney confesó en 2022: “Estoy jodidamente enojada“. Pero tranquilos, la industria ya encontró nuevas víctimas para su carrusel de esclavitud glamorosa.

Hoy, la Princesa del pop prefiere cantar a Otis Redding entre sesiones de modelaje terapéutico. ¿Ironía? No, solo el epílogo predecible de una fábula donde el sueño americano se convierte en pesadilla viral. Mientras, los VMAs seguirán celebrando… lo que sea que celebren ahora. ¿Alguien tiene un diccionario para definir “dignidad”?