La aparente comedia romántica “Maybe Happy Ending” se encuentra sumergida en un conflicto que dista mucho de ser feliz. Una decisión de casting, tomada entre bastidores, amenaza con opacar el reciente brillo del espectáculo tras su victoria en los premios Tony, revelando una inquietante práctica en la industria.
¿Qué motiva realmente el reemplazo de un actor de origen asiático por uno blanco? La investigación revela que el conflicto estalló cuando los productores del musical, de origen surcoreano, seleccionaron a Andrew Barth Feldman como protagonista masculino para suceder a Darren Criss. Esta movida, en apariencia contractual, es vista por muchos como un paso atrás en la representación cultural.
Documentos y comunicados internos obtenidos por nuestra redacción muestran la inmediata reacción de la Coalición de Actores Asiático-Estadounidenses y el Consorcio de Teatros y Artistas Asiático-Estadounidenses. Testimonios exclusivos de figuras prominentes como Conrad Ricamora, Ruthie Ann Miles y el pionero ganador del Tony BD Wong pintan un cuadro de decepción colectiva.
El Consorcio no se ha limitado a observar. Ha exigido formalmente a la producción que rectifique su decisión y seleccione a un protagonista de ascendencia asiática, calificando la elección de Feldman como una “afrenta a nuestra comunidad” y una “bofetada en la cara”.
Esta controversia trasciende un simple cambio de elenco; conecta puntos con un patrón histórico de exclusión y whitewashing en Broadway. La revelación final es clara: la lucha por la autenticidad y la representación equitativa en las artes escénicas está lejos de terminar, y cada decisión de casting se convierte en un testimonio del compromiso real de la industria con la diversidad.