Cuñado de Zayn Malik recibe cuatro años por narcotráfico en el Reino Unido

La justicia británica no dio tregua: Martin Tiser, cuñado del reconocido cantante Zayn Malik (ex One Direction), fue sentenciado a cuatro años de prisión tras ser hallado culpable de tráfico de drogas en Bradford, Inglaterra. Durante una redada en su vivienda, las autoridades descubrieron crack y heroína valorados en miles de libras, junto con material logístico para el narcotráfico. La operación, bautizada como “Keyside”, desmanteló una red activa en múltiples condados.

Recuerdo casos similares en mis años cubriendo tribunales: jóvenes atrapados en redes criminales, muchas veces por circunstancias sociales. Pero los fiscales demostraron que Tiser no era un peón menor. Su teléfono, vinculado a la “línea Kev”, enviaba mensajes promocionales grotescos: “Kev con energía… pura dinamita de 8 a 8”. La crudeza del lenguaje del narcotráfico contrasta con su vida familiar: casado con Safaa (hermana menor de Malik) desde los 17 años, y padre de una niña llamada Zaneyah.

Su defensa argumentó barreras culturales y manipulación, algo que he visto repetirse en juicios contra migrantes. Sin embargo, el juez Hawkins fue contundente: las pruebas —29 paquetes de crack, 13 de heroína, £1,000 en efectivo y básculas— pintaban un panorama distinto. Las anécdotas no absuelven delitos graves. Una lección dura, pero necesaria: el sistema británico penaliza el tráfico de clase A sin miramientos, incluso cuando hay lazos con la farándula.

Este caso refleja una realidad incómoda: el narcotráfico no discrimina por apellidos. Malik, quien ha enfrentado sus propias controversias, ahora ve cómo el círculo familiar se enreda en un drama judicial. ¿Consecuencias a largo plazo? En mi experiencia, las sentencias por drogas marcan vidas, pero rara vez disuaden a las redes. La “línea Kev” seguirá operando, con o sin Tiser.