Dr. Shenka sobrevive al preinfarto pero el escenario deberá esperar

En un giro digno de telenovela médica, el Dr. Shenka, frontman de Panteón Rococó, ha logrado esquivar el abrazo de la parca tras sufrir un preinfarto que amenazó con convertir su gira de aniversario en un tour póstumo. La noticia, anunciada con la solemnidad de un comunicado de la ONU, revela que el músico ha respondido a los tratamientos mejor de lo que los políticos responden a las preguntas incómodas: con evasivas y reposo absoluto.

El grupo, conocido por hacer bailar a multitudes, ahora pide quietud celestial para su vocalista. “Reposo indefinido”, dicen los galenos, una sentencia que suena a condena para cualquier artista, pero especialmente para uno acostumbrado a mover masas. Shenka, en un alarde de optimismo digno de los discursos oficiales, promete volver… algún día, cuando su corazón decida latir al ritmo del ska y no al de una emergencia cardíaca.

El incidente ocurrió en pleno ritual musical, minutos antes de subir al escenario en Querétaro, demostrando que hasta los ídolos rebeldes tienen límites… especialmente cuando la edad y los excesos se alían en su contra. Mientras tanto, la gira de los 30 años sigue su curso, como esos trenes que no se detienen aunque se les caigan los pasajeros por el camino. ¿El próximo concierto en el Estadio GNP? Confirmado, con o sin Shenka, porque el show debe continuar… aunque sea con un holograma o un doble corpóreo.

Los fans, entre lágrimas y memes, aguardan noticias como si esperaran el parte de guerra de un conflicto absurdo. Por ahora, el diagnóstico es claro: el sistema de salud le gana la pulseada al sistema musical. Y eso, en un país donde ambos sistemas suelen fallar, es toda una ironía.