El absurdo canonización de una diosa pop comercial

El Absurdo Canonización de una Diosa Pop Comercial

La santa reliquia inicia su peregrinación comercial

En un sublime acto de alquimia capitalista, el trágico asesinato de la diva tejana Selena Quintanilla-Pérez ha sido meticulosamente transformado, tres décadas después, en una lucrativa industria de nostalgia institucionalizada. La música regional mexicana, que antes merodeaba por los confines marginales del espectro musical, ahora recibe su consagración global gracias a este milagroso fenómeno de beatificación post mortem.

El año ha presenciado una orgía conmemorativa digna de emperadores romanos, con Netflix liderando la procesión fúnebre-mediática con su documental “Selena y Los Dinos”. Pero el colmo del espectáculo llegará en 2026, cuando el sagrado templo del establishment musical, el Museo Grammy, inaugure su propio altar temporal para la mártir de la cultura latina.

Las Santas Reliquias del Culto Selenístico

La exposición, curada con el celo de una sacerdotisa por Suzette Quintanilla—hermana y ahora suma pontífice del legado—promete una experiencia casi sacramental. Los devotos podrán contemplar las sagradas reliquias: desde el sudario blanco enjoyado que vistió en su apoteosis grammyífera de 1994, hasta el santo grial de este culto: un micrófono que conserva, cual lágrima petrificada, las partículas de lápiz labial de su última performance terrenal.

“Es tan íntimo y especial”, proclama la curadora Kelsey Goelz con la solemnidad de quien descubre un fragmento de la Vera Cruz. Mientras, en las sombras, las guitarras de Chris Pérez—el viudo eterno—completan este cuadro de veneración casi religiosa.

El nuevo Vaticano del culto selenista se establece en Los Ángeles

La Consagración del Mito en el Templo del Comercio

Los Ángeles, esa Meca de la superficialidad consagrada, se revela como el santuario perfecto para esta canonización. No contentos con haberle otorgado una estrella póstuma en el Paseo de la Fama—donde las multitudes rivalizaron con las de Vicente Fernández en una competencia macabra de duelo popular—ahora el establishment musical erige su propio mausoleo interactivo.

La exposición, bilingüe como corresponde a esta santa patrona de la identidad desdoblada, ofrece incluso “momentos de interacción con los fans”, porque en la era del espectáculo hasta la veneración debe ser participativa.

La Mitificación Oficial de la Trascendencia Artística

La narrativa oficial insiste en consagrar a Selena como pionera que “abrió puertas”—esa metáfora burocrática tan querida por la industria—para que las generaciones posteriores de artistas latinos pudieran colonizar el mainstream estadounidense. Su habilidad para cantar en español mientras hablaba en inglés se transforma en emblema de una diplomacia cultural que el establishment ahora celebra con el fervor del converso tardío.

La película biográfica de 1997, ese ejercicio de hagiografía cinematográfica, completó la transfiguración de la artista en ícono, lanzando a Jennifer Lopez hacia su propio estrellato en un perfecto ejemplo de simbiosis parasitaria post mortem.

El Macabro Fundamento del Mito

Y en el corazón de este elaborado culto, yace el trágico y conveniente detalle fundacional: el asesinato a manos de la presidenta de su club de fans. El crimen perfecto para construir una leyenda—ni tan temprano que impidiera su consagración, ni tan tarde que permitiera el desgaste natural de su imagen. Yolanda Saldívar, cumpliendo cadena perpetua, se convierte así en la involuntaria arquitecta del mito, la Caín necesaria para esta Abel de la cultura Tex-Mex.

En el gran teatro del capitalismo cultural, incluso la tragedia encuentra su precio de mercado, y la muerte se convierte en el mejor agente de publicidad.

El absurdo canonización de una diosa...

RELACIONADOS

Ultimas Publicadas

Matamoros

¿QUÉ PASO AYER?

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio