La Lección Más Valiosa: Crear en Tiempos de Incertidumbre
Permítanme compartir una perspectiva forjada tras décadas frente a la cámara y detrás de la producción: la industria del cine mexicano ha enfrentado numerosas crisis, pero la que vivimos ahora es distinta. Es una crisis del espíritu, un miedo sordo que se filtra en nuestras conversaciones y decisiones. Recuerdo claramente, a principios de los 2000, cuando presentábamos “Amores Perros”, había una energía diferente—una mezcla de caos y esperanza que nos impulsaba hacia adelante.
He aprendido que cuando el pánico colectivo amenaza con paralizarnos, Gael García Bernal tiene razón: nuestra trinchera debe ser la creación. No se trata de un escape de la realidad, sino de una confrontación creativa con ella. A lo largo de mi carrera, he visto cómo una narrativa poderosa puede desarmar prejuicios más efectivamente que cualquier discurso político.
El verdadero valor de participar en proyectos como “ASCO“—del cual soy productor—o de revivir obras fundamentales como “Amores Perros” en su vigésimo quinto aniversario, no reside solamente en su mérito artístico. Su importancia yace en su capacidad para mantener vivos los canales de diálogo cuando las fuerzas sociales intentan cerrarlos.
La sabiduría práctica que he acumulado me enseña esto: en momentos donde el temor domina el panorama cultural, nuestra responsabilidad como creadores se intensifica. No podemos permitir que el miedo dicte los temas que abordamos o las preguntas que formulamos. Cada libro escrito, cada película producida bajo estas circunstancias se convierte en un acto de resistencia cultural.
He cometido suficientes errores para saber que el arte no ofrece soluciones simples, pero sí proporciona el espacio necesario para procesar colectivamente nuestras angustias. Esa “conversación con más paz” que menciona Gael no es una utopía—es el resultado tangible de años de insistir en que las pantallas y las páginas deben ser territorios donde lo difícil se examina con honestidad y humanidad.
