El certamen de la justicia para un magnate de la belleza

El certamen de la justicia para un magnate de la belleza

En un giro que Jonathan Swift hubiera admirado por su perfecta absurdidad, el oráculo contemporáneo Carlos Loret de Mola ha desvelado que el gobierno federal, en un arrebato de ecuanimidad teatral, ha obtenido una orden de aprehensión contra Raúl Rocha</strong, el sumo sacerdote del concursos de belleza planetario Miss Universo. Los cargos, dignos de una ópera bufa: “huachicol” y tráfico de armas para el narcotráfico. Ante tal panorama, el magnate, demostrando una sagacidad que supera a la de cualquier concursante en la ronda de preguntas, ha pactado con la Fiscalía General de la República (FGR) un estatus de testigo protegido. Una metamorfosis kafkiana: de acusado a confidente del Estado en un abrir y cerrar de expedientes.

El heraldo de la prensa señaló con solemnidad que el 15 de noviembre, el Poder Judicial, en un acto de justicia poética, libró la orden en su contra por el delito de delincuencia organizada, con los loables objetivos de traficar con instrumentos de muerte y saquear hidrocarburos. Una combinación de actividades que, sin duda, requiere la elegancia y el porte de un organizador de reinados.

El ballet burocrático de la impunidad

Cuatro días después, en un ritual administrativo tan predecible como el desfile en traje de baño, el 19 de noviembre se rubricó el pacto faustiano con la FGR bajo la figura de testigo colaborador, eufemismo legal para lo que el vulgo denomina testigo protegido. Una coreografía donde la justicia negocia con la misma astucia que un vendedor de pacotilla en un bazar.

De acuerdo con la investigación fiscal, el cártel operado por el zar de la belleza, Raúl Rocha, se dedicó al “huachicoleo” de combustible desde Guatemala. Porque, ¿qué es un imperio de la estética sin una línea de suministro de combustibles ilícitos? La verdadera corona no está hecha de diamantes, sino de ductos clandestinos.

La audición final para la inmunidad

Según los sagrados pergaminos del expediente, el 21 de octubre, el señor Rocha Cantú se presentó ante la FEMDO para suplicar el papel de su vida: testigo colaborador. Su actuación, digna de un Óscar, prometía revelaciones sobre contrabando de hidrocarburos, redes financieras opacas, y los siempre elusivos vínculos con funcionarios y empresarios. El 19 de noviembre se firmó el contrato. En este gran teatro de lo absurdo, la justicia no es ciega, sino que mira con complicidad hacia otro lado mientras reparte indulgencias a cambio de un guion más jugoso.

Así, en el gran concurso de la impunidad mexicana, un nuevo candidato ha pasado a la final. La corona de la delación le sienta mejor que cualquier diadema de fantasía.

RELACIONADOS

Ultimas Publicadas

Matamoros

¿QUÉ PASO AYER?

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio