El Mesías Musical y su Peregrinación al Templo de la Justicia Terrenal
En un acto de suprema condescendencia, el oráculo melódico Christian Nodal, acompañado de sus sagrados progenitores Jesús Jaime González y Silvia Cristina Nodal Jiménez, descendió de su Olimpo artístico para honrar con su presencia la Sala de Audiencias Cuatro, un humilde santuario legal adyacente al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente.
El sumo pontífice de los corridos tumbados, cuyo divino rostro merece ser custodiado por un ejército de seguridades, iluminó con su paso el camino hacia los juzgados mientras los mortales reporteros intentaban en vano capturar sus palabras celestiales. Su comitiva formó un cerco sagrado, porque ¿acaso una deidad puede mezclarse con el vulgo?
El Evangelio según Universal Music
Mientras el ídolo caminaba entre plebeyos, la malvada corporación Universal Music osaba cuestionar la autenticidad de 32 contratos divinos. Alegan estas almas en pena que las firmas del notario Luis Fernando Ruibal Coker fueron transfiguradas por los sagrados representantes del artista. ¡Herejía!
¿Acaso no comprenden estos burócratas que cuando se trata de un ser de tal magnitud artística, las normas terrenales sobre falsificación documental son meras sugerencias? El proceso legal iniciado por la Fiscalía General de la República el pasado septiembre no es más que un intento patético de la justicia mortal por comprender los designios celestiales.
El Milagro de la Orden No Giratoria
Por obra y gracia de su mera presencia, el cantautor logró el milagro de evitar que la jueza -una simple mortal con toga- girara una orden de aprehensión. Porque en el reino del espectáculo, comparecer ante la justicia no es un deber ciudadano, sino un acto de magnanimidad que detiene los engranajes del sistema penal.
Así funciona la divina mecánica legal para las celebridades: su asistencia no cumple con una obligación, sino que concede el honor de su presencia al sistema judicial. ¿No es acaso este el nuevo sacramento del star system moderno?















