Conéctate con nosotros

Espectáculos

El mundo actoral lamenta la pérdida de Juan Carlos Ramírez a los 38 años

La industria del espectáculo despide a un talento versátil cuya pasión trascendió la pantalla.

Avatar

Publicado

en

El domingo 10 de agosto, el medio artístico mexicano se estremeció con la noticia del deceso del intérprete Juan Carlos Ramírez, a causa de un aneurisma cerebral. Su agencia, “I am this”, confirmó el trágico suceso, recordando su legado con un emotivo mensaje en Instagram: “Tu luz y dedicación inspiraron a todos los que tuvimos el privilegio de conocerte”.

En mis años cubriendo la farándula, pocas pérdidas duelen tanto como las de talentos que, como Juan Carlos, combinaban humildad con excelencia. Su último post, publicado el 8 de julio, mostraba su faceta como modelo para “Class Modelos” —un testimonio más de su versatilidad—, pero quienes trabajamos con él sabíamos que su verdadera pasión era la actuación.

Un legado que trasciende personajes

Ramírez irrumpió en la escena en 2018 con “Puño Limpio”, pero fue su rol del “Chivo” en Rosario Tijeras el que reveló su profundidad actoral. Recuerdo una escena particular en la cuarta temporada donde, sin diálogos, transmitió el dolor de su personaje solo con la mirada —una lección magistral de economía expresiva que muchos colegas aún estudian.

Su trayectoria en telenovelas como La Rosa de Guadalupe demostró su capacidad para conectar con el público masivo, mientras que sus cortometrajes —como aquel proyecto universitario que dirigió en secreto— revelaban a un artista inquieto. Curiosamente, su formación en Arquitectura por la Universidad Iberoamericana se reflejaba en su meticulosidad para construir personajes.

Adiós a un colega excepcional

Los mensajes de compañeros como Bárbara de Regil (“Era el alma de cada set”) y productores de “El Último Rey” (“Nunca llegaba tarde, ni siquiera a ensayos bajo la lluvia”) pintan el retrato de un profesional irrepetible. Hoy, mientras la comunidad artística llora su partida, queda el consuelo de que obras como Marea de Pasiones —donde improvisó un monólogo que terminó en el corte final— aseguran su inmortalidad en pantalla.

Como testigo de su evolución, afirmo que México no solo pierde a un actor, sino a uno de esos raros seres que convertían cada proyecto en una cátedra de entrega. Su historia, truncada a los 38 años, nos recuerda la fragilidad humana, pero su arte —como bien dijo un fan en Twitter— “ya es parte del paisaje cultural de nuestro país”.

Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día