En un revelador testimonio que expone las grietas del sistema, el reconocido actor Ernesto Laguardia desnudó la cruda realidad de la seguridad vial en la Ciudad de México. Tras sufrir un impacto trasero por una camioneta sin seguro, el también conductor vivió un calvario de nueve horas donde ni las autoridades ni los servicios de emergencia respondieron.
¿Cómo es posible que en una megalópolis del siglo XXI las víctimas de accidentes queden a la deriva? Laguardia documentó en video cómo seis patrullas ignoraron su situación, incluyendo un vehículo policial que estuvo a punto de atropellarlos. Las llamadas al 911, supuesto estandarte de la atención ciudadana, se perdieron en el vacío burocrático.
Este caso no es un incidente aislado, sino el síntoma de un colapso institucional que transforma a los ciudadanos en náufragos urbanos. Mientras las ciudades inteligentes globales implementan respuestas automatizadas en minutos, México sigue anclado en la era analógica de la desprotección. ¿Será este el catalizador que impulse la reinvención digital de los servicios de emergencia?
