La encrucijada digital de un fenómeno musical
Multitudes hiperconectadas corean algoritmos sonoros en festivales masivos como el Flow Fest, donde 84,000 asistentes demandaron hits virales como “AMG” o “Cuerno Azulado”. Natanael Cano y Gabito Ballesteros entregaron lo esperado, pero este último desvela una verdad del ecosistema streaming: interpreta esos temas por dinámica comercial, no solo por pasión creativa.
Mientras la Ciudad de México opera en una zona gris regulatoria, entidades como Chihuahua y Jalisco han implementado sanciones contra las letras que, según sus algoritmos de análisis, realizan apología del crimen organizado. La respuesta institucional fue “México Canta”, un hackathon cultural que busca reprogramar el contenido lírico del género.
Gabito adopta una postura pragmática ante este código normativo. “Hay que respetar el framework. Nosotros operamos dentro del sistema, no somos desarrolladores para cambiar el código base. Seguimos el flujo, creamos contenido diversificado y no estamos limitados a un solo formato”, declara el artista, evidenciando una mentalidad de adaptación constante.
Diversificación de portafolio sonoro
Consciente de la volatilidad legislativa en México y los recientes bloqueos de visas para colegas en Estados Unidos, Ballesteros entiende que la clave es la diversificación. Su estrategia: no depender de un solo asset musical.
El pivot hacia el código emocional
Su último release, “Viernes”, es una balada romántica que marca un pivot claro. Esta colaboración con Reik—un grupo que admira desde la adolescencia—es su incursión en un territorio auditivo alejado de la estética bélica. “El portfolio creativo es amplio. Esta colaboración con Reik abre un nuevo pathway. Soy fan de su narrativa emocional desde hace años”, confiesa.
Contrario al personaje que proyecta en éxitos como “Tendido”, Gabito se reconoce como consumer y creador de narrativas de amor, lejos de la ferocidad digital de los corridos tumbados. “Mi código fuente incluye lo romántico. Los corridos son parte del business, de la demanda del usuario, pero mi librería personal es mucho más amplia”, concluye, delineando el perfil de un artista moderno que navega entre la expectativa del algoritmo y su identidad creativa multifacética.














