Guillermo del Toro lleva su Frankenstein a cines tras éxito en Venecia

Guillermo del Toro, conocido por su obsesión con los monstruos humanizados, dará un giro estratégico a su adaptación de Frankenstein. Tras años de desarrollo —recuerdo cuando en 2018 confesó llorar con el libro—, la cinta tendrá un estreno limitado en salas el 23 de octubre antes de llegar a Netflix. Una decisión inusual para la plataforma, motivada por su selección oficial en el Festival de Venecia 2025, donde competirá por el León de Oro.

Como cineasta, entiendo lo que significa este cambio: es un voto de confianza al cine como experiencia colectiva. La película, protagonizada por Oscar Isaac (un Victor Frankenstein atormentado) y Jacob Elordi (la Criatura), promete una visión visceral. Los nuevos pósters revelan un diseño gótico que homenajea a Mary Shelley pero con el sello visual de Del Toro —ese equilibrio entre belleza y horror que dominó en El laberinto del fauno—.

El tráiler, lanzado en mayo, insinuaba una trama fiel al espíritu de la novela: un científico arrogante (Isaac) cuya creación lo consume. Pero Del Toro añadirá matices, como suele hacer. En mis años cubriendo sus proyectos, aprendí que sus monstruos nunca son villanos; son espejos de la humanidad. Esta vez, según adelantó, explorará “la vida como antagonista”.

Detrás de cámaras, el equipo es de lujo: desde la fotografía de Dan Laustsen (La forma del agua) hasta Christoph Waltz en un rol misterioso. Aunque Netflix no ha confirmado las salas, fuentes cercanas sugieren que habrá funciones especiales en cines independientes —algo que Del Toro siempre defiende—. El 7 de noviembre llegará a streaming, pero, como él mismo dijo: “Algunas historias merecen respirar en la oscuridad de una sala”.

Una lección para la industria: incluso en la era digital, el cine físico puede sorprender. Cuando un visionario como Del Toro apuesta por ambas vías, todos ganamos.