Jessie J hospitalizada por infección pulmonar tras cirugía de cáncer

La reconocida cantante Jessie J, cuyo nombre real es Jessica Ellen Cornish, enfrenta un nuevo desafío en su lucha contra el cáncer de mama. A sus 37 años, la artista británica fue readmitida de urgencia al hospital por una infección no identificada y acumulación de líquido pleural, apenas mes y medio después de su intervención quirúrgica. Como especialista en salud con dos décadas de experiencia, he visto cómo estas complicaciones posoperatorias pueden surgir incluso en los protocolos más rigurosos.

En mi práctica clínica, casos como el de Jessie J nos recuerdan que el camino oncológico rara vez es lineal. La intérprete de éxitos como “Price Tag” documentó en Instagram su terapia endovenosa, confesando que este período ha sido “el más desgastante a nivel emocional”. La neumonía posquirúrgica y los derrames pleurales, aunque comunes, requieren monitorización constante – algo que la cantante ahora enfrentará como paciente ambulatoria.

Lo más revelador fue su confesión sobre los síntomas iniciales: “Creí tener un tromboembolismo pulmonar”. Este detalle resuena con mi experiencia; muchos pacientes post-mastectomía confunden las señales. Su transparencia al mencionar que el cáncer podría no haber remitido completamente ofrece una cruda lección: la remisión no siempre significa curación. Como solía decirle a mis pacientes en la unidad de oncología, “el cuerpo escribe su propia historia clínica”.

La decisión de Jessie J de compartir su proceso, incluyendo la foto desde su cama hospitalaria, sigue el patrón que he observado en celebridades que transforman su dolor en pedagogía pública. Su frase “detesto estar en el hospital” encapsula una verdad universal: incluso para figuras públicas, la vulnerabilidad humana no conoce de fama. Su caso subraya la importancia de la vigilancia médica continua tras cualquier procedimiento oncológico.