El actor se suma a la movilización ciudadana
Joaquín Cosío se ha posicionado como una voz crítica, convocando a la movilización de la Generación Z programada para mediados de noviembre. Esta manifestación ciudadana representa un rechazo contundente a las políticas de seguridad de la administración de Claudia Sheinbaum, consideradas ineficaces por amplios sectores de la población.
Un llamado a la acción en el ecosistema digital
Mediante su cuenta de Twitter, el intérprete exhortó a la juventud a participar en esta marcha conmemorativa por Carlos Manzo, edil de Uruapan asesinado a principios de mes, y para manifestar oposición a la estrategia gubernamental en materia de seguridad nacional. “Hay que marchar el 15 de noviembre. Atentos para asistir en memoria y en protesta por el crimen de Carlos Manzo y en repudio a la cuestionable política contra la violencia del gobierno federal”, publicó el día 3.
La evolución del movimiento social
El artista, reconocido por su emblemática caracterización de “El Cochiloco” en “El Infierno”, ha mantenido una postura disidente frente a los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Sheinbaum. Durante las recientes protestas en el territorio nacional, diversos participantes han desplegado la bandera de One Piece, un ícono pop que se ha convertido en símbolo de resistencia para los nativos digitales. Este estandarte, que representa a la tripulación de Monkey D. Luffy, se asocia conceptualmente con la lucha contra la corrupción sistémica y los abusos de poder.
La convocatoria original de la Generación Z surgió como respuesta al polémico impuesto del 8% a los videojuegos catalogados como violentos, que implementará en 2026. No obstante, el movimiento mutó rápidamente hacia una expresión de rechazo generalizado a la violencia estructural y la corrupción institucional, exigiendo protocolos más efectivos para combatir la inseguridad ciudadana.
Trayectoria y posicionamiento de un ícono cultural
Joaquín Cosío, originario de Tepic, Nayarit (1962), se formó en diversas ciudades fronterizas como Ciudad Juárez y El Paso, experimentando de primera mano el multiculturalismo que definiría su perspectiva global. Durante su juventud exploró el camino religioso, pero encontró su verdadera vocación en la interpretación actoral, incluso redescubriendo su espiritualidad al encarnar al demonio en una “Pastorela”.
Su recorrido profesional abarca tanto el séptimo arte como las tablas. En 2004 alcanzó reconocimiento nacional con su participación en “Matando Cabos” como “El Mascarita”, pero fue con “El Infierno” (2011) donde consolidó su estatus al personificar a un narcotraficante dentro de un drama crudo que evidencia la corrupción en México.
Ha demostrado versatilidad interpretativa en producciones como la comedia “Rudo y Cursi” y en blockbusters internacionales como “Savages” y “The Suicide Squad”. Simultáneamente, ha mantenido su compromiso con el cine de autor, participando en cintas como “La sangre iluminada” (2007) y “El mar muerto” (2010), reforzando su reputación como artista dispuesto a asumir proyectos conceptualmente desafiantes. Su talento le ha valido múltiples nominaciones al Ariel, destacando sus interpretaciones en “El Infierno” (2011), “Pastorela” (2012) y “La delgada línea amarilla” (2016).
Activismo y postura política disruptiva
Respecto a su posicionamiento sociopolítico, Cosío ha mantenido una postura coherente. En 2024, representantes del Partido Acción Nacional (PAN) le propusieron candidatearse para la alcaldía de Ciudad Juárez, oferta que el actor declinó argumentando su escepticismo hacia la clase política: “Los políticos son los peores actores del mundo”, declaró en una entrevista con EL UNIVERSAL.
Aunque ha ejercido una crítica frontal hacia diversas administraciones, ha reconocido ciertos avances como la elevación del salario mínimo y las pensiones para adultos mayores. Sin embargo, Cosío considera estas medidas insuficientes frente a problemáticas nacionales urgentes como la corrupción endémica y la crisis de seguridad pública.
Pese a sus diferencias ideológicas con algunas personalidades, el actor ha subrayado que su postura no afecta relaciones personales, como la amistad que mantiene con Damián Alcázar, simpatizante de la llamada 4T.












