Juanes vive duelo privado por el fallecimiento de su madre

Un legado de amor y silencio

La comunidad artística internacional se envuelve en un manto de respeto ante el fallecimiento de Alicia Vásquez, matriarca del icónico músico colombiano Juanes, a los 95 años. El deceso, ocurrido el 8 de septiembre, ha sido manejado con máxima discreción por la familia Aristizábal Vásquez, quienes han optado por un hermetismo absoluto respecto a las circunstancias.

Medios colombianos como El Tiempo han señalado que su partida se habría dado por causas naturales, en paz y tras una larga vida. Este enfoque en la privacidad del duelo refleja una tendencia contemporánea donde las figuras públicas reclaman espacios íntimos frente a la pérdida, lejos del escrutinio digital.

El vínculo entre el artista y su progenitora fue siempre un pilar fundamental, una conexión que traspasó lo personal para convertirse en inspiración creativa. La filosofía de doña Alicia quedó inmortalizada en la titulación de uno de sus discos más emblemáticos, La vida es un ratico, transformando una reflexión cotidiana en un himno generacional.

Como testimonio permanente de este amor filial, Juanes lleva tatuado el rostro de su madre en su brazo derecho—un tributo en tinta que simboliza la permanencia de su legado y la profundidad de los lazos que nos definen más allá de lo digital.

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