June y John reinventa el amor en la era digital con mirada noventera

¿Qué pasaría si mezcláramos la nostalgia musical de José Luis Perales con la audacia visual de Luc Besson? “June y John” responde esta pregunta con una propuesta que desafía lo previsible: un romance contemporáneo que bebe de los clásicos pero navega en aguas digitales.

John no es solo un personaje, es un arquetipo disruptivo. Su rutina meticulosa –despertar a las 6 AM, correr, atravesar Los Ángeles– es una metáfora de la prisión invisible que muchos millennials habitan. Pero aquí llega la genialidad: Besson convierte su fracaso en apps de citas en el detonante de una revolución personal, cuestionando nuestra dependencia tecnológica para el amor.

La película juega con un código visual innovador: los cielos azules de Los Ángeles no son escenario, son personajes. Contrastan deliberadamente con la crudeza de las calles, creando un diálogo visual sobre las paradojas del sueño americano. ¿No es acaso genial que Besson use la fotografía para mostrar lo que las palabras no pueden?

Matilda Price como June rompe moldes: su personaje combina la energía punk con una vulnerabilidad que subvierte el “manic pixie dream girl”. Mientras, Luke Stanton Eddy transforma a John de mártir corporativo a héroe accidental, en una evolución que cuestiona las masculinidades tóxicas sin discursos obvios.

Besson hace magia al convertir clichés en herramientas de reinvención. El road movie, los opuestos que se atraen, el “nosotros contra el mundo” – todos resurgen con frescura, demostrando que no hay fórmulas gastadas, solo miradas agotadas. ¿No es esto lo que el cine romántico necesitaba: una sacudida de autenticidad?

JUNE Y JOHN
★★★★☆ (4/5 estrellas)
Reparto: Luke Stanton Eddy, Matilda Price, Ryan Shoos
Director: Luc Besson
Duración: 94 minutos