Justin Bieber anuncia su nuevo álbum con bombo publicitario excesivo

Tras cuatro larguísimos años de silencio creativo (o lo que la industria llama “un fin de semana largo”), el autoproclamado redentor de la música pop ha decidido que nosotros, simples mortales, estamos listos para su séptima venida. Sí, Swag —título que evoca la profundidad filosófica de un adolescente en 2012— llegará a salvarnos de la monotonía… o a saturar los algoritmos de Spotify.

En un alarde de originalidad digno de un premio Nobel, el canadiense desplegó vallas publicitarias desde Reikiavik hasta Los Ángeles para anunciar las 20 pistas del disco, entre ellas joyas líricas como 405 (¿un homenaje a una autopista?) y Forgiveness (posiblemente dirigida a quienes escuchen el álbum completo).

El ritual islandés: ¿grabación o retiro de influencers?

Según fuentes cercanas al “proceso creativo”, Bieber reclutó a un ejército de productores, DJs y hasta un australiano llamado Eddie (quien, presumimos, aportó el didgeridoo espiritual) para sesiones en Islandia. Allí, entre géiseres y auroras boreales, el artista pulió su obra maestra entre selfies y hashtags como #DeepArt.

El álbum promete “consolidar su evolución” —frase que los equipos de marketing usan cuando un artista ya no vende como antes—. Tras Justice (2021), donde mezcló beats contagiosos con lecciones legales básicas, ahora explorará… ¿el trap? ¿el gospel? ¿el sonido de una nevera inteligente? Quién sabe. Lo importante es que 20 canciones ocuparán espacio en tu biblioteca, aunque solo recuerdes el título de dos.

Mientras tanto, los fans aguardan con devoción, los críticos con escepticismo, y los memes con las plantillas listas. Porque en el circo de la cultura pop, el espectáculo debe continuar… aunque el payaso repita los mismos trucos.