Una influencer reescribe el guion de la filantropía en la era digital
Karely Ruiz, figura prominente del entretenimiento digital, demuestra que el activismo social tiene un nuevo rostro. La creadora, conocida por su presencia en plataformas como OnlyFans, ha iniciado una campaña de recolección y donación de juguetes, fusionando su influencia digital con un impacto tangible en su comunidad.
En un ecosistema de redes sociales donde el ruido y la crítica son constantes, Ruiz opta por una estrategia de ignorancia positiva. Frente a los detractores, construye una narrativa alternativa basada en hechos: su compromiso con Monterrey la está posicionando como un agente de cambio generoso, desafiando los estereotipos asociados a su personaje público.
Su metodología es transparente y colaborativa. A través de un video desde la tienda Ymar, compartió con su audiencia el proceso: “Compramos muñecas, carritos, de todo… hay mucha variedad. Les dije que iba a hacer una donación”. Este contenido no solo informa, sino que involucra a su comunidad, pidiendo sugerencias sobre los puntos de entrega.
Lo más significativo de esta iniciativa es el efecto multiplicador que ha generado. Ramiro, propietario del establecimiento, se unió a la causa donando medio camión de pelotas. “Ymar México se une a la causa”, declaró, evidenciando cómo la acción individual de un influencer puede catalizar la responsabilidad social corporativa.
Este movimiento va más allá de un gesto navideño. Es un caso de estudio sobre cómo las nuevas figuras públicas utilizan su capital de atención para movilizar recursos y crear alianzas impensadas, transformando el engagement digital en bienestar social concreto. Ruiz no solo dona juguetes; está prototipando un nuevo modelo de influencia con propósito.
















