Espectáculos
Konan Big denuncia robo en su auto mientras autoridades brillan por su ausencia
El luchador denuncia el hurto en su auto mientras las autoridades guardan silencio.

En un giro tragicómico que parece extraído de un guion de telenovela policiaca, el luchador Eugenio “Konan Big” Torres se sumó al selecto club de celebridades víctimas de la inseguridad en Monterrey, esa utópica ciudad donde los cristales de los autos se rompen solos y las pertenencias salen volando por arte de magia.
El atleta del cuadrilátero, conocido por derribar rivales en el ring pero aparentemente indefenso contra los amantes de lo ajeno, narró conmovedoramente en Facebook cómo un moderno Robin Hood (versión neoliberal) le liberó de sus documentos personales y efectivo, dejando como único recuerdo una piedra decorativa en el asiento del copiloto.
Las autoridades, en un ejercicio de eficiencia sin precedentes, demostraron su compromiso con la ciudadanía manteniendo su tradicional política de “no ver, no oír, no investigar”. Mientras tanto, el hijo del luchador aportó el toque dramático necesario al relato, confirmando que el ladrón, además de hábil cristalero, era un entusiasta coleccionista de credenciales.
El suceso ocurrió en el sector San Bernabé, ese distrito mágico donde los GPS de las patrullas misteriosamente dejan de funcionar. Konan Big, demostrando una fe inquebrantable en nuestras instituciones, prometió “hablar con las autoridades”, en lo que podría convertirse en el monólogo más triste desde los soliloquios de Shakespeare.
Konan Big víctima de la inseguridad en Nuevo León. Denunció en sus redes sociales que su automóvil sufrió un cristalazo y le robaron pertenencias.
No se especificó el lugar. pic.twitter.com/AJZZnFVsud
— Rosendo Chavarría (@RosendoChV) May 14, 2025
Este incidente confirma que en Nuevo León la delincuencia es tan democrática que no discrimina: ni los héroes del pancracio están a salvo. Queda la pregunta: ¿Será este el origen de una nueva especialidad luchística? ¿El combate de jaula contra la inseguridad? El tiempo, y quizás alguna autoridad, lo dirán.

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