La amiga de Valeria desmiente acusaciones en medio del caos

En un giro tragicómico digno de un guion de telenovela barata, el asesinato de la influencer Valeria Márquez ha convertido a su amiga Vivian en la villana favorita de las redes sociales. Porque, ¿qué mejor chivo expiatorio que una joven que intentó enviar flores y un peluche antes de que su amiga recibiera plomo?

Vivian, ahora estrella involuntaria del programa “¿Quién mató a la influencer?”, narró con lágrimas de reality show cómo presenció el crimen en streaming, como si la vida imitara a Netflix. “Quedé paralizada”, dijo, aunque no tanto como para evitar llamar a los tíos de Valeria, porque en México siempre es mejor avisar a la familia antes que a la policía.

Lo más hilarante (o patético) es que los fiscales de Twitter ya tenían sentencia lista: “Debe ser por un hombre”. Vivian, con la paciencia de un santo en un mitin político, aclaró: “A ella le gustaban los rancheritos, a mí los urbanos”. Porque en este país, hasta los gustos musicales son pruebas forenses.

Mientras las autoridades de Jalisco investigan con la eficiencia de un trámite burocrático, Vivian clama inocencia entre lágrimas y mensajes instagrameables: “Les deseo luz”. Lo irónico es que en México, la luz que más brilla es la de los titulares sensacionalistas.

Así, entre flores que no llegaron, peluches macabros y balas que sí, el circo sigue: las redes juzgan, los medios especulan y la justicia… bueno, esa siempre llega tarde, si es que llega.