La música llora a Xava Drago, voz y corazón de Coda

El mundo del rock mexicano se detiene y respira hondo. Xava Drago, la fuerza vocal y el alma inquebrantable de la banda Coda, ha emprendido su último viaje tras una valiente batalla contra el cáncer de estómago. Su partida no es un punto final, sino un compás de silencio en una sinfonía que resonará por siempre.

La agrupación, un pilar del rock nacional desde los años 90, confirmó la noticia con un comunicado cargado de emoción y admiración, describiendo a Xava no solo como el frontman, sino como el cimiento emocional y el espíritu visionario que los mantuvo unidos y soñando. ¿Acaso un artista verdadero alguna vez se va? Su esencia permanece, encapsulada en cada acorde, en cada letra que gritó con pasión desbordada.

El comunicado del grupo pinta el retrato de un titán: “Xava no solo fue la voz de nuestra banda durante tantos años, sino también el corazón que nos sostuvo en los momentos más duros y el espíritu que nos impulsó a seguir soñando con la música”. Su legado es un desafío a la fugacidad, una prueba de que la autenticidad y la conexión humana son la verdadera inmortalidad.

Este vacío que hoy se siente es, en realidad, un espacio de resonancia. Un eco que transforma el dolor en potencia creativa. Incluso en sus momentos más frágiles, Xava mantuvo una conversación honesta y cercana con su legión de seguidores, detallando su proceso e, increíblemente, anunciando nuevo material. ¿Qué mayor acto de rebeldía que crear frente a la adversidad? ¿Qué mayor enseñanza que vivir con intensidad hasta el último compás?

Coda ha prometido honrar su memoria de la única manera que un artista de su calibre merece: con música, con verdad y con el alma. El mejor homenaje ya está escrito: no dejar que su fuego se apague. Su lucha no fue solo contra una enfermedad, fue una lección magistral de integridad, pasión y amor inquebrantable por el arte. El rock perdió una voz, pero ganó una leyenda eterna.