En un acto de devoción que conjuga lo sacro con lo mundano, la suma sacerdotisa del espectáculo, Gloria Trevi, emprendió una peregrinación a las tierras de Tamaulipas, donde rindió pleitesía a la colosal Virgen de El Chorrito, una deidad en fase de ensamblaje que promete redimir, o al menos atraer turismo, a la región.
A través de los púlpitos digitales modernos —sus redes sociales— la diva compartió las sagradas escrituras de su viaje, un video que mostraba su séquito familiar, incluyendo a su vástago, Ángel Gabriel (nombre que, por pura casualidad, evoca ecos celestiales), en su recorrido por el epicentro religioso del municipio de Hidalgo.
La epifanía en el santuario del hormigón
Con lágrimas de emoción —o quizá de polvo de construcción—, Trevi proclamó su asombro ante las piezas desmontadas del coloso mariano que pronto será inaugurado. “¡Viva Tamaulipas y viva Victoria!“, exclamó, como si estuviera aceptando un premio en lugar de describir una experiencia espiritual. “Visitamos una escultura preciosa de la Virgen allá por El Chorrito y comimos delicioso“, añadió, en una sublime fusión de lo devoto y lo gastronómico que sólo una mente iluminada podría concebir.
La cantante, en un arrebato de filosofía barata para las masas, reflexionó: “No importa qué tan ocupados estemos… siempre hay que darle prioridad a vivir y a crear momentos que llenen el corazón“. Una revelación tan profunda como un tuit, que nos recuerda que hasta los ídolos necesitan justificar sus vacaciones como actos de profunda introspección existencial.
Pero el acto culminante de esta ópera bufa fue el reconocimiento a los obreros, esos seres anónimos que sudan sobre el andamiaje para erigir el fetiche de cemento que la artista visitó entre bocado y bocado. Su periplo no fue, nos aseguran, un mero divertimento familiar, sino un reconocimiento al esfuerzo colectivo, convenientemente documentado para su distribución viral. Así, en el gran teatro de lo absurdo, la visita de una celebridad se transfigura en un acto de solidaridad, y la fe se mide en megabytes de engagement.



















